Muchas personas tienen la costumbre de escuchar música mientras conducen, yo entre ellas. Sin embargo, ¿en alguna ocasión te has preguntado si este hábito es positivo o si, al contrario, puede ser un elemento que nos distraiga y, consecuentemente, podría convertirse en un peligro en la carretera?
Mientras más te guste la música, más errores cometerás
Investigadores de la Universidad de Negev vienen a darnos una pista. Reclutaron a 85 jóvenes con una media de siete meses de experiencia en la conducción. Cada conductor debía seguir una ruta con un instructor de conducción y un investigador que evaluaban todos sus movimientos y anotaban cada error.
En lo que respecta a la música, algunos condujeron en silencio, otros con una música considerada como “segura”, otros con un ritmo dance/trance/techno y, finalmente, a otro grupo se les permitió escuchar la música de su preferencia.
En este punto los investigadores notaron que cuando las personas conducían con la música que les gustaba, cometían más errores, asumían una actitud más agresiva al volante y estaban más distraídos.
Sin embargo, esto significa que para los jóvenes conductores con poca experiencia, sería mejor conducir sin música, al menos hasta que los hábitos al volante se automaticen. ¿Y qué sucede con los conductores experimentados? ¿Cómo incide en ellos la música?
La otra cara de la moneda: Cuando llega la experiencia
Una investigación realizada en la Universidad de Loughborough afirma que la música podría servirnos para incrementar nuestro nivel de alerta cuando conducimos, al menos durante cierto periodo e tiempo.
En esta ocasión el experimento se realizó con 15 personas, que debían conducir en condiciones monótonas durante cinco horas. Al cabo de 2,5 horas, les dejaran que sintonizaran una estación de radio de su preferencia y se apreció que el nivel de alerta aumentó, pero solo durante 30 minutos, después volvió a disminuir, lo cual es perfectamente normal ya que se acostumbraron al nuevo estímulo.
Otro estudio, esta vez hecho en la Universidad de Groningen, viene a darnos la pista definitiva. En esta ocasión se reclutaron a 69 conductores, algunos condujeron sin música, otros con música baja y otros con un sonido moderado. Vale aclarar que el playlist fue elegido por los propios conductores.
El resultado fue que la música no hizo que aumentasen los errores al volante sino más bien al contrario. Los conductores que escuchaban música respondían con mayor rapidez ante los estímulos que aquellos que conducían en silencio.
Por tanto, estos investigadores están seguros de que la música nos permite estar más atentos, alivia el aburrimiento y no afecta nuestras respuestas.
¿Qué conclusiones podemos extraer?
En primer lugar, que la música puede ser perjudicial si aún no tenemos los hábitos de conducción debidamente consolidados por lo que, si estás aprendiendo a conducir, sería mejor que lo hicieses sin música.
En segundo lugar, que cuando ya tenemos cierta experiencia al volante y hemos ganado confianza, la música nos mantiene concentrados y alertas por lo que no representa ningún peligro. Eso sí, siempre y cuando no sea demasiado alta y el género musical no genere demasiada relajación o exaltación.
Fuentes:
Brodsky, W. & Slor, Z. (2013) Background music as a risk factor for distraction among young-novice drivers. Accident Analysis & Prevention; 59: 382–393.
Unal, A. B. et. Al. (2012) The influence of music on mental effort and driving performance. Accident Analysis & Prevention; 48: 271–278.
Reyner, L. A. & Horne, J. A. (1998) Evaluation «in-car» countermeasures to sleepiness: cold air and radio. Sleep; 21(1):46-50.
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