
Los delirios compartidos han recibido diferentes nombres a lo largo de la historia de la psiquiatría aunque el término más utilizado y que ha trascendido hasta nuestros tiempos en todos los idiomas es: «folie á deux«, introducido por Laségue y Falret aunque fue propuesto anteriormente (en el lejano 1899) por Hoffman y la primera descripción clínica de la que se tiene conocimiento proviene del 1651. En el DSM IV este trastorno es conocido como «trastorno psicótico compartido» y en el CIE 10 como «trastorno de ideas delirantes inducidas«.
En la folie á deux pueden distinguirse cuatro grupos o manifestaciones:
1. Folie simultánea. La psicosis aparece al mismo tiempo en dos personas igualmente predispuestas y está determinada por una causa común.
2. Folie impuesta. El enfermo “fuerza” a delirar a la persona sana (que evidentemente tiene una predisposición). Esta manifestación es la más frecuente en la práctica clínica aunque aún se cuestiona si estos nuevos psicóticos son delirantes o simplemente son personas muy impresionables.
3. Folie comunicada. La persona inductora enferma a su acompañante pero posteriormente la psicosis de ambos evolucionan independientemente, aun después de la separación física. Algunos especialistas consideran que esta es la «verdadera» locura inducida.
4. Folie inducida. La persona ya sufría con anterioridad la psicosis pero nuevas ideas delirantes se le suman a su cuadro clínico inducidas por el otro enfermo.
Vale aclarar que en algunos manuales se pueden hallar estas dos últimas formas como subtipos o expresión de la folie impuesta.
Los factores comunes para la aparición de estos casos son:
– Relaciones estables y de larga duración en el tiempo, generalmente entre dos personas, que además sostienen una escasa vida social.
– Usualmente estas relaciones son ambivalentes y de dependencia emocional.
– Asumir los síntomas de la otra persona no es solo una forma de sometimiento sino una manera de acercamiento y «empatía» (por llamarlo de alguna forma) para con el sentir del otro.
La folie impuesta (aquella sobre la que se posee más información pues es la forma clínica más común) se presenta principalmente en las personas pertenecientes a los grupos socioeconómicos menos favorecidos, mayoritariamente en mujeres y como supondrán, un 90% de los casos ocurren a partir de lazos familiares (es más común entre hermanas que han convivido mucho tiempo y en los matrimonios). No obstante, siempre hay casos que rompen las reglas como el presentado por médicos del Instituto de Psiquiatría en Kanke, la India; donde el paciente comenzó a mostrar los primeros síntomas tan solo a los dos o tres meses de comenzar la convivencia con su pareja.
Al contrario de lo que nos dicta el sentido común y las técnicas psicoterapeutas que hoy se continúan aplicando, separar a la pareja no siempre reporta la curación del segundo afectado. Incluso se afirma que solo en el 40% de los casos la separación tiene un efecto positivo pues en el resto de las personas se observa un recrudecimiento de la sintomatología delirante. Malik asevera que la literatura teórica sobre el trastorno es aún muy «optimista» pero que en la realidad la persona inducida no siempre logra recuperarse del trastorno.
Otro de los «estereotipos» relacionados con la folie á deux hace referencia a que la persona inducida usualmente posee cierto nivel de retardo o retraso mental o presenta alguna discapacidad que le hace dependiente de la persona psicótica. Sin embargo, en los casos que se han recogido recientemente, este patrón ya no es tan claro e incluso la persona puede sucumbir ante las ideas delirantes de su pareja aún cuando mantiene una vida social relativamente activa.
Estas nuevas presentaciones de casos clínicos han llevado a una reconsideración de las causas de la folie á deux para hipotetizar que la persona sana prefiere (evidentemente este proceso transcurre por debajo del nivel de conciencia) aceptar las ideas delirantes y descabelladas de su compañero antes que perder una relación que les reporta una gran satisfacción emocional. Por supuesto, esta aceptación implica una identificación desde el punto de vista emocional y cognitivo por lo cual la persona «sana» termina pensando y sintiendo como su pareja.
Fuentes:
Jana, A. K. et. Al. (2009) Folie á Deux Between Two Unrelated Individuals. Türk Psikiyatri Dergisi; 20(3): 299-304.
Brotóns, L.; Tello, J. F. & Martínez, M. J. (2001) Folieu á deux: a propósito de un caso. Interpsiquis; 2.
Malik, M. A. (2000) Induced psychosis (folie à deux) associated with multiple sclerosis. Ir J Psych Med; 17(2): 73-77.
José Luis Gonzalo Marrodán. dice
Hola, Jennifer: Excelente artículo. La verdad es que es apasionante y al mismo tiempo, todavía un misterior el funcionamiento de la mente humana. Es sorprendente cómo se puede compartir, inducir o comunicar un proceso psicótico. Es como un contagio en el cual los cerebros (como se ve interdependientes) reproducirían una ideación delirante común o compartida. El papel emocional y relacional es claro, a mi modo de ver (no tengo experiencia en estos casos y puedo equivocarme; me corregís en ese caso), en este trastorno. ¿Existen predisposiciones genéticas como en otro tipo de psicosis? Al final supongo que aludir a la genética por separado y a la experiencia por otro es un error y que habrá interacciones entre ambas.
Me ha encantado el artículo. Un abrazo, José Luis
Anónimo dice
Hola
Me ha encantado este post. No sabía que una persona podía incidir hasta tal punto en la otra como para provocar la locura aunque supongo que el hecho de estar alejados de la sociedad pueda contrinuir negativamente.
Muy interesante tu blog.
Jennifer Delgado Suarez dice
José Luis:
La información científica sobre este trastorno es muy limitada, al menos la que yo he podido encontrar y generalmente los artículos se centran en análisis de casos.
Antiguamente se pensaba que este trastorno solo podía evidenciarse en personas con retraso o retardo mental, la falta de crítica asociada a la escasa inteligencia haría a la persona particularmente predispuesta a compartir una realidad psicótica. Esta idea se mantuvo hasta principios de este siglo donde la aparición de nuevos casos de folie a deux ha hecho reconsiderar los factores predisponentes optándose por la teoría de que el factor esencial es compartir una forma de dependencia emocional; incluso ahora se cuestiona el hecho de que sea necesario un período de relativo aislamiento social.
En mi opinión y según la bibliografía que he podido revisar, no se ha aislado un factor biológico predisponente sino que se habla de la elevada sugestionabilidad de la persona y su dependencia emocional para con el psicótico.
No obstante, como bien dices, aislar lo físico de lo psíquico es un error así que no descarto que en un futuro se halle algún mecanismo neuropsicológico que esté implicado en el proceso.
Un abrazo y gracias mil por pasarte y dejarnos tus opiniones para reflexionar.
Odalis dice
Hola actualmente mis cuñadas están atravesando por esto son 3 inicialmente una y luego a las semanas las otras 2 es difícil por favor si me pueden ayudar, les medicaron bueno a la principal risperidona y alpram de2mg y en la única evaluación que le hizo la psiquiatra dijo que era un Psicosis pero no nos explico por qué las otras 2 comenzaron con el mismo cuadro, no es si no hasta ahora buscando en internet que veo este término yo pensaba que era un transferencia pero no conocía que ese es su nombre es así tal cual ellas entre sí se entienden y compenetran en medio de la locura y delirios … Pero últimamente la última en contagiarse tiene rabia de la principal
Jennifer Delgado dice
Hola Odalis,
Este problema se da en personas que viven juntas y que normalmente no tienen mucho contacto exterior. Es un problema serio y debe ser tratado por un equipo compuesto por psiquiatra (recete medicación) y psicólogo (brinde psicoterapia que permita reducir la dosis de la medicación).