
Afirmo, sin temor a equivocarme, que en algún momento de la vida todos nos hemos visto asaltados por el insight; esa solución que aparece aparentemente de la nada y que nos resuelve el problema sobre el cual hemos estado cavilando por días e incluso semanas.
El insight es la vivencia o la capacidad de comprender o darse cuenta de la estructura íntima de un problema o conflicto. Pero su concepto no es tan sencillo, diversos autores lo califican como: “un momento de experiencia excepcional”, “una vivencia de entendimiento única y sobresaliente en la que las dos piezas del puzzle comienzan tomar su lugar” o “un momento en el que un problema hasta ahora no resuelto, encuentra finalmente salida”.
Sin embargo, objetivamente, muy poco se conoce acerca de los procesos que acompañan al insight. En psiquiatría, el término insight comenzó a emplearse a inicios del siglo pasado con el fin de señalar el momento en el cual la persona que era portadora de alguna patología mental, tenía conocimiento y reconocimiento de que su estado y síntomas eran fenómenos anormales, productos de una enfermedad.
Sin embargo, esta comprensión se perdió en el tiempo y la incorporación del concepto de insight al mundo de la Psicología Científica se relacionó con los procesos cognitivos; el insight se cognitivizó, si me permiten el neologismo.
No obstante, en la década del 1950 los investigadores Reid y Finesinger rescataron la relación entre insight y enfermedad mental preguntándose si la ausencia de insight podría ser la responsable de los síntomas y los trastornos mentales.
Precisamente este tipo de insight fue el que caracterizó a Jonh Nash, el matemático que inspiró la película psicológica mundialmente famosa «Una mente brillante». Para aquellos que no lo hayan visto (aunque es un verdadero pecado psicológico desconocer esta historia) se las sintetizo: Nash es un matemático brillante que estuvo aquejado por una esquizofrenia paranoide con delirios sobre supuestas conspiraciones y mensajes cifrados; veía espías que le perseguían y se creía víctima de criptocomunistas.
Como pueden imaginar estuvo una década entrando y saliendo de los Hospitales Psiquiátricos probando desde la terapia medicamentosa hasta el electroshock. No obstante, aunque los medicamentos controlaban sus síntomas también le embotaban la mente por lo cual dejó de tomarlos. Entonces desarrolló una teoría matemática que le valió el Premio Nobel en Economía.
¿Cómo controló las alucinaciones? A partir de un proceso de insight, aprendiendo a diferenciar la realidad de sus fantasías patológicas.
Recuerdo que cuando vi el filme por vez primera aún era estudiante y este tipo de insight me resultó particularmente interesante, sobre todo porque precisamente estaba cursando la asignatura de Psicopatología. Como podrán imaginar, con la curiosidad que me caracteriza, inmediatamente fui a buscar explicaciones.
¿Puede una persona psicótica ser consciente de su estado? En teoría, no, el brote psicótico se caracteriza porque la persona pierde el contacto con la realidad lo cual indica que no tendría crítica de su estado patológico.
Entonces entra en escena el mismo Nash para aclarar que el filme se tomó varias licencias en contar su historia, entre ellas el hecho de que nunca tuvo alucinaciones. Pero más allá de las licencias artísticas, lo cierto es que los casos de recuperaciones de los brotes psicóticos no son escasos. El mismo Carl Gustav Jung afirmó en cierta ocasión que en su juventud tuvo estos brotes y los superó. La idea de que la esquizofrenia es una enfermedad mental crónica hoy ha quedado atrás. Tanto es así que a finales del 2004 los Servicios Administrativos de Medicina Mental y Abuso de Sustancias de los EUA identificaron diez criterios orientados a las posibilidades de recuperación de este trastorno:
1. Dirigir y tomar decisiones para su propia recuperación
2. Individualizar la recuperación y enfocarla hacia si mismo
3. Tener capacidad para la toma de decisiones
4. Abarcar los diferentes aspectos de su vida
5. Aceptar que se trata de un proceso progresivo
6. Valorar los puntos fuertes de sus capacidades
7. Apoyarse mutuamente en otros pacientes
8. Obtener el respeto de la comunidad
9. Responsabilizarse de su cuidado y proceso de recuperación
10. Alentar la esperanza de que los problemas a los que se enfrente pueden ser superados.
Sin embargo, como pueden percatarse los aspectos esenciales para restablecerse de la esquizofrenia radican en un imprescindible proceso de insight comprendido éste como la concientización del estado de enfermedad. Como dato alentador les adelanto que estudios a largo plazo sobre la esquizofrenia afirman que alrededor de un 50% de las personas que sufren esta patología cumplen con los criterios objetivos de recuperación.
No obstante, solo un pequeño porcentaje de personas logra esta recuperación. Luego la vida no es color de rosa sino que generalmente se intercalan periodos de bipolaridad. Quizás el ejemplo más palpable se encuentre en el hijo de Nash que padece el mismo trastorno pero continúa tomando sus medicamentos sin lograr recuperarse de la enfermedad.
Nash ha ofrecido múltiples entrevistas para las más diversas agencias de prensa norteamericanas. Aunque probablemente uno de los testimonios más impactantes de cómo es la vida después del insight y la esquizofrenia proviene del propio Nash que reconoce en una entrevista que le realizaron: “Era infeliz al recuperarme porque la normalidad no me hacía feliz. La locura empieza cuando descubres una segunda realidad en tu mente y a veces la eliges, porque te hace más feliz que la normalidad. Así alcancé un punto en que yo era más feliz loco que cuerdo.”
Palabras tan profundas que no necesitan explicaciones pero me recuerdan una frase de Arjona que retoma esta temática: “¿Cuál es la dimensión de la locura? ¿Es más cuerdo el que piensa o el que mira a la luna?”
Fuentes:
Moran, M. (2007) Nash Suggests Schizophrenia May Serve Adaptive Function. Psychiatric News; 42(13): 2.
Bellack, A. S. (2006) Scientific and Consumer Models of Recovery in Schizophrenia: Concordance, Contrasts, and Implications. Schizophrenia Bulletin; 32(3): 432-442.
Reid, J. R. & Finesinger, J. E. (1952) The role of insight in psychotherapy” American Journal of Psychiatry; 108: 726-734.
Juan Carlos Veloso dice
Todo bien hasta la última frase.