A pesar de las dificultades, los obstáculos que en un primer momento parecían insuperables y los problemas aparentemente irresolubles, tenemos una increíble capacidad para superar la adversidad y seguir avanzando. Lo que nos guía a través de las situaciones más duras de la vida es nuestra fuerza interior.
La fuerza interior nos ayuda a recuperarnos de una enfermedad grave, a salir del agujero negro en el que nos sume la pérdida de una persona querida y a levantarnos tras un fracaso recomponiendo los pedazos rotos para seguir adelante. Gracias a la fuerza interior no solo resistimos la adversidad, sino que salimos fortalecidos de las circunstancias más complicadas.
¿Qué es la fuerza interior exactamente?
La fuerza interior es un recurso psicológico que promueve el bienestar y facilita la curación. Es la capacidad para protegernos ante la adversidad manteniendo una actitud positiva, esperanzadora y optimista que nos permita proyectarnos al futuro confiando en nuestros recursos para lidiar con el problema.
La fuerza interior descansa sobre tres pilares fundamentales:
- Resiliencia. Es la fuerza que nos empuja hacia la supervivencia incluso en las condiciones más difíciles, la cual se alimenta de la confianza en nuestras capacidades y recursos para salir adelante. Implica un equilibrio entre la perseverancia – mantener nuestro rumbo a pesar de todo y de todos – y la flexibilidad para adaptar nuestro pensamiento y comportamiento a las circunstancias, por duras que sean. La resiliencia nos permite doblarnos sin rompernos, convirtiéndonos en sobrevivientes.
- Sentido de la vida. Es la capacidad para encontrar un significado a la vida, para explicarnos lo que nos ocurre y comprender las circunstancias más difíciles, de manera que podamos elegir las estrategias de afrontamiento más adecuadas para lidiar con las situaciones estresantes. Implica además la plena conciencia de que somos libres para elegir nuestra actitud ante lo que sucede, lo cual nos permite empoderarnos y mantener cierto grado de control sobre la situación.
- Autotrascendencia. Es la capacidad para moverse intra, inter y transpersonalmente más allá del yo. Implica trascender los intereses personales, de manera que podamos asumir una distancia psicológica que nos ayuda a poner todo lo que nos ocurre en perspectiva para ir un paso más allá de la preocupación. Gracias a la autotrascendencia podemos expandir los límites personales e incluso tomarnos con sentido del humor las experiencias aparentemente más negativas. De esta manera logramos atravesar los periodos difíciles sin venirnos abajo, asumiendo las dificultades con mayor entereza.
¿Por qué necesitamos desarrollar la fuerza interior?
La fuerza interior es una de las herramientas más valiosas para la vida. Es lo que nos mantiene con esperanza y nos anima a seguir adelante, lo que subsiste cuando todo lo demás se ha desmoronado. No solo nos permite superar la adversidad, sino que nos ayuda a capear mejor la tormenta, manteniendo una actitud más positiva que nos permite seguir confiando en nuestras capacidades.
Un estudio desarrollado en la Universidad de Åland, por ejemplo, comprobó que a medida que las mujeres envejecen, el riesgo de sufrir depresión aumenta en un 20%. Sin embargo, la fuerza interior es un factor protector que no solo las mantiene a salvo de la depresión, sino que también las conduce a involucrarse en actividades positivas y significativas que mejoran su salud.
Otra investigación realizada en la Universidad de Utah reveló que la fuerza interior es uno de los factores más importantes para determinar la calidad de vida de las personas que sobreviven al cáncer ya que les permite enfrentar con mayor entereza y positividad la enfermedad.
Debemos pensar en la fuerza interior como en una inversión para la vida. Cuantos más problemas afrontemos, más confiaremos en nuestras potencialidades para salir adelante – pase lo que pase – y más preparados estaremos para lidiar con los problemas futuros sin venirnos abajo. Aunque no tengamos un plan de acción, aunque jamás nos hayamos enfrentado a ese obstáculo, la fuerza interior nos brinda el empuje necesario para no desfallecer.
7 características de las personas con fuerza interior
- Tienen un locus de control interno. “Reza como si Dios cuidase de todos, pero actúa como si todo dependiese de ti”, dice un refrán popular. Y las personas que tienen una gran fuerza interior lo ponen en práctica al pie de la letra. Desarrollan un locus de control interno, lo cual significa que toman las riendas de su vida y asumen sus responsabilidades. No culpan a los demás o al mundo por sus problemas, sino que intentan resolverlos.
- Obvian las cosas sobre las que no pueden influir. Solemos pensar que la fuerza de voluntad es una fuente inagotable, pero no es así. Si hemos pasado todo el día ejerciendo un férreo autocontrol, durante la noche seremos más propensos a caer en la autoindulgencia. Eso significa que la fuerza de voluntad es una cualidad que debemos aprender a dosificar. Por eso, las personas con fuerza interior suelen concentrarse en lo que verdaderamente cuenta y pasan de las causas perdidas o aquellas que se escapan de su control. Esta actitud les permite focalizar su energía y lograr sus objetivos. Son personas pragmáticas que contribuyen hasta donde pueden y no se martirizan cuando no pueden hacer más.
- No se quejan continuamente. De vez en cuando las quejas pueden tener un poder catártico pero los lamentos continuos – una característica endémica de nuestra sociedad – solo sirven para centrarnos en los aspectos negativos de las situaciones y, de paso, perder una energía y un tiempo extremadamente valiosos. Las personas con fuerza interior asumen una actitud diferente: no se sientan a llorar sobre la leche derramada, emplean esa energía para reorganizar su estrategia y volver a la carga. Son capaces de centrar sus recursos en lo que realmente vale la pena.
- Son capaces de adaptarse a las circunstancias, por duras que sean. Las personas con fuerza interior son muy flexibles. Incluso manteniéndose fiel a su sistema de valores, logran reorganizar su comportamiento según vayan cambiando las circunstancias. En vez de luchar contra viento y marea malgastando una energía preciosa, siguen la corriente y el fluir natural de las cosas para lograr sus objetivos. Y cuando no es posible, son capaces de cambiar su meta planteándose un objetivo más asequible y racional. No se trata de resignación sino de madurez y sabiduría, de saber distribuir los recursos en aquellas cosas que realmente darán frutos.
- No intentan impresionar a nadie, su objetivo es superarse a sí mismas. En una cultura tan competitiva como la nuestra, muchas personas actúan movidas por una motivación extrínseca. Es decir, buscan logros como si fueran medallas para colgarse en el pecho, medallas que le granjeen la aprobación o admiración de los demás. Las personas con fuerza interior no pretenden impresionar a nadie, tienen la suficiente confianza en sí mismas como para perseguir sus propios sueños. Su objetivo no es ser mejor que los demás, sino superar sus propias limitaciones.
- Ven el pasado como una fuente de información – nada más. La mayoría de las personas viven atadas, de alguna u otra forma, a su pasado. Sin embargo, a menudo el pasado se convierte en un fardo demasiado pesado que les impide avanzar. Las personas con fuerza interior, al contrario, no se quedan atadas al pasado, aprenden de sus errores y siguen adelante. El pasado no las define. Comprenden que un fracaso es tan solo una oportunidad para aprender y fortalecer su resiliencia. De esta manera el pasado se convierte en una fuente de empoderamiento, más que en un fardo de culpas.
- Aplican la gratitud. Las personas con fuerza interior son conscientes del enorme poder de la gratitud, por eso la practican a diario. Eso les permite poner el foco en las cosas positivas, en vez de centrarse únicamente en los problemas y obstáculos de la vida. También les permite comprender mejor sus potencialidades y aprovechar sus fortalezas para enfrentar la adversidad. Al aprovechar los efectos de la gratitud, estas personas encuentran la tranquilidad y el coraje necesarios para enfrentar cualquier problema desde una perspectiva más equilibrada.
¿Cómo desarrollar la fuerza interior?
– Elige un problema. La clave consiste en elegir un problema específico. Puedes pensar que la vida no es justa – y tienes razón, a veces no lo es – pero ello no te ayudará a enfocarte en tus recursos psicológicos y desarrollar la fuerza interior. Céntrate en una situación específica y analiza cómo te está afectando psicológicamente. Comprueba su impacto en tu cuerpo. ¿Cómo reaccionas físicamente cuando piensas en esa situación?
– Asume una distancia psicológica. Todos los problemas no se solucionan siguiendo el mismo camino. Asumir una distancia psicológica de lo que está ocurriendo te permitirá evaluar las cosas en perspectiva. Puedes preguntarte: ¿Qué harías si hubieses tenido ese problema cuando eras un niño? ¿Y si se presentara siendo ya anciano? También te ayudará ponerte en el lugar de otra persona e imaginar qué haría.
– Decide, sin dilación. Muchas veces nos quedamos atrapados en los problemas porque no tomamos decisiones. De esta manera corremos el riesgo de que el problema siga creciendo, y lo que es aún peor, se mantendrá activo como un foco de atención en nuestra mente, provocando un gran desgaste emocional. Por tanto, debes asegurarte de no postergar demasiado la decisión. No esperes al momento «correcto», porque es probable que nunca llegue. Y hazle más caso a tu Inteligencia Intuitiva.
– Empodérate con el pasado. Puedes usar el pasado a tu favor para activar la fuerza interior. Solo tienes que recordar otra situación difícil en la que también te sentías igual de mal y recordar cómo saliste de ella. Este ejercicio de memoria te ayudará a restarle impacto a lo que te está ocurriendo, te permitirá comprender que al final, todo llega y todo pasa, y te servirá para activar la confianza en ti, en tu capacidad para salir adelante.
Fuentes:
Boman, E. et. Al. (2015) Inner strength – associated with reduced prevalence of depression among older women. Aging & Mental Health; 19(12): 1078-1083.
Dingley, C. & Roux, G. (2014) The Role of Inner Strength in Quality of Life and Self-Management in Women Survivors of Cancer. Res Nurs Health; 37(1): 32–41.
Lundman, B. et. Al. (2010) Inner Strength—A Theoretical Analysis of Salutogenic Concepts. International Journal of Nursing Studies; 47: 251–260.
Dingley, C. et. Al. (2000) Inner strength: A concept analysis. Journal of Theory Construction & Testing; 4(2): 30.
Adriana* dice
Gracias! Excelente! Ya lo estoy compartiendo. . . Adriana
Manuel Velardez dice
Hola soy Manuel, soy Coach ontológico,me interesa mucho este tipo de lecturas, y me ha resultado muy interesante. Muy buen material, gracias, saluda atte
Elizabeth dice
Siempre leo tus publicaciones, me ayudan muchísimo. Actualmente estoy atravesando una crisis de asiendad y estoy saliendo de a poco trabajando mucho conmigo misma y encontrando mi fuerza interior.
Muchas gracias por tus posteos Jennifer, cariños desde Argentina
joel dice
Excelente, muchas gracias!
Maya Hernández dice
Excelente herramienta para continuar neuronizandome
Muchas gracias
Blanca dice
Excelente artículo.