
El trastorno bipolar, también conocido por su nombre más antiguo «depresión maníaca», es un problema mental que se caracteriza por estados de ánimo que cambian constantemente. Una persona con trastorno bipolar alterna periodos «altos» (manía) con etapas «bajas» (depresión).
¿Cómo son los episodios maníacos y depresivos que sufre la persona con trastorno bipolar?
Tanto los períodos maníacos como los depresivos pueden ser breves (de apenas unas pocas horas o unos pocos días), pero también pueden durar varias semanas o incluso meses. Los periodos de manía y depresión pueden variar de una persona a otra, muchos solo experimentan breves períodos de esos estados de ánimo intensos y en ocasiones ni siquiera saben que tienen un trastorno bipolar.
El episodio maníaco se caracteriza por un estado de felicidad extrema, hiperactividad, poca necesidad de sueño y pensamientos acelerados, lo que puede demandar una rápida intervención.
Al contrario, el episodio depresivo se distingue por la extrema tristeza, falta de energía o interés en las cosas, una incapacidad para disfrutar las actividades normalmente placenteras y sentimientos de impotencia y desesperanza.
Los ciclos bipolares pueden ser rápidos o más lentos. Los que experimentan ciclos rápidos pueden sufrir depresión y manía un par de veces a la semana (para algunos el ciclo se completa incluso en el mismo día). No obstante, la mayoría tienen un ciclo más lento. En promedio, una persona con trastorno bipolar puede tener hasta tres años de estado de ánimo normal entre los episodios de manía o depresión.
¿Cómo es vivir con un trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es recurrente, lo que significa que más del 90% de las personas que tienen un solo episodio maníaco probablemente experimentará episodios similares en el futuros. Aproximadamente el 70% de los episodios de manía en el trastorno bipolar ocurren inmediatamente antes o después de un episodio depresivo.
El tratamiento del trastorno bipolar se enfoca precisamente en reducir los sentimientos de manía y depresión asociados y reestablecer el equilibrio en el estado de ánimo.
Las personas a menudo describen las fases del trastorno bipolar como estar en una montaña rusa emocional, van arriba y abajo, experimentando una serie de emociones mucho más intensas de las que suelen vivir las personas que llevan una vida «normal». Por ese motivo, no es extraño que las personas con trastorno bipolar sientan que sus emociones, pensamientos y el comportamiento se escapan de su control.
Durante los episodios maníacos o depresivos graves algunas personas con trastorno bipolar pueden tener síntomas que sobrepasan su capacidad para hacer frente a la vida cotidiana e incluso a la realidad. Esta incapacidad para distinguir la realidad de la fantasía puede desencadenar episodios psicóticos, como escuchar voces, tener paranoia, alucinaciones visuales y falsas creencias de que se tienen poderes especiales.
Muchas veces los amigos, compañeros de trabajo y familiares tienen que intervenir para tratar de proteger sus intereses y salud. Por eso, el trastorno bipolar no solo es agotador para quien lo padece, sino también para quienes están a su lado. De hecho, vivir con una persona con trastorno bipolar puede ser un reto ya que los episodios maníacos pueden conducir a conflictos familiares o causar problemas financieros, especialmente cuando la persona se comporta de forma errática e irresponsable y sin razón.
Durante la fase maníaca, la persona a menudo se vuelve impulsiva y puede actuar agresivamente. Esto puede dar lugar a comportamientos de alto riesgo, como intoxicación repetida, gastos extravagantes y relaciones sexuales sin protección.
El problema es que los cambios bruscos en el estado de ánimo interfieren con la razón, la lógica y la percepción de manera tan drástica que los afectados pueden no ser conscientes de que necesitan ayuda. Sin embargo, si no se someten a tratamiento, el trastorno bipolar puede afectar seriamente casi todas las esferas de la vida.
Identificar el primer episodio de manía o depresión y recibir el tratamiento es esencial para abordar de manera eficaz el trastorno bipolar. En la mayoría de los casos, el episodio depresivo se produce antes del episodio maníaco por lo que al inicio muchas personas reciben tratamiento para una depresión mayor. Obviamente, una vez que tiene lugar el episodio maníaco, se vuelve más evidente el trastorno bipolar.
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