Existe un «hábito de la mente» muy peculiar: la sinestesia, una condición en la cual un estímulo propio de una modalidad sensorial promueve sensaciones características de otros sentidos. Una persona cada 2 mil vivencian esta condición de manera particularmente aguda aunque 1 de cada 300 presentan una variante menos acusada.
Pueden hallarse diferentes tipos de sinestesia, la primera condición descrita en la literatura científica fue descubierta por Francis Galton y se denomina sinestesia grafema-color. Las personas que padecían esta condición cuando se enfrentaban a los números o las letras escritas podían ver colores específicos. Richard Feynman, ganador del Premio Nobel de Física decía que podía ver las ecuaciones en colores.
Wassily Kandinsky, conocido artista impresionista, veía colores cuando escuchaba tonos musicales. Así, intentó utilizar esta amalgama de sentidos para pintar cuadros únicos donde expresaba el equivalente visual a una sinfonía de colores.
Realmente los casos sorprendentes de la sinestesia son muchos, ahora intentaremos acercarnos al por qué de este extraño fenómeno.
Como podrán imaginar la mayoría de las explicaciones buscan el camino de los mecanismos neurobiológicos. Una de las teorías afirma que la sinestesia es el resultado de conexiones inusuales entre diferentes regiones sensoriales de la corteza cerebral debido a procesos inadecuados que tuvieron lugar durante el desarrollo del sistema nervioso. Así, los estímulos que estarían diseñados para ser decodificados por un único sistema sensorial generan una actividad en otros sistemas que evocan la sensación sinestésica. Así, esta teoría asevera que la diferencia entre un cerebro sinestésico y un cerebro no sinestésico es meramente funcional, no anatómica.
Nuevas investigaciones basadas en Neuroimagen reafirman esta idea en tanto han podido ver que en los cerebros de las personas sinestésicas se evidencia una coactivación del área principal encargada de procesar el estímulo y las regiones adyacentes lo cual sugiere que esta interacción inapropiada sea la causa de experimentar sensaciones inadecuadas ante los estímulos.
Investigadores de la Universidad de Amsterdam también han arribado a la conclusión de que estas conexiones difieren en su intensidad. Así, algunas personas que presentan respuestas inadecuadas ante los grafemas (denominadas proyectores) pueden ver colores relacionados con las letras o los números mientras que otras personas (denominadas asociadores) solo tienen la experiencia de los colores a nivel mental. Como imaginarán, las personas proyectoras presentan una conexión entre las áreas (específicamente entre el área v4 y el giro fusiforme) más fuerte que las personas asociadoras. Sin embargo, no se conoce aún si esta fortaleza de conexión se debe a un aumento de la mielina en los axones o simplemente a que existe un mayor número axónico.
En la búsqueda de otra explicación y alejándose de la teoría neurobiológica, investigadores de la Universidad de Waterloo se han preguntado si existe alguna peculiaridad de los grafemas que se pueden relacionar con los colores. El estudio ha involucrado a 55 personas aquejadas de la sinestesia grafema-color y a 254 no sinestésicos.
Los participantes tenían un monitor con paletas de colores donde aparecían 36 grafemas (de la letra A a la Z y de las cifras 0 al 9). La tarea era muy sencilla: debían posicionar el mouse en el color que más se acercara al que evocaba en sus mentes el grafema que observaban en la pantalla.
Los resultados revelaron que al aumentar la frecuencia del uso del grafema también aumenta la luminosidad del color que viene sistemáticamente asociado. Así, existe una relación entre la característica de base del color (la luminosidad) y una característica del grafema (la frecuencia de utilización en la vida cotidiana). La conclusión más importante es que esta relación no solo se evidencia en las personas sinestésicas sino también en las personas no sinestésicas. En otras palabras: cada uno de nosotros mostraría una tendencia bastante similar a asociar un color más luminosos a los grafemas más frecuentes aunque esta asociación no transcurre de forma consciente y no constituye una experiencia perceptual concreta.
Esta investigación aporta una idea muy sugestiva: la sinestesia grafema-color está relacionada con el aprendizaje del grafema y sobre todo, es una realidad relacionada con nuestros procesos cognitivos normales.
No obstante, las teorías neurobiológicas y de carácter social no son excluyentes sino que se complementan. De esta forma, la sinestesia tendría un condicionamiento social relacionado con nuestro aprendizaje y cómo utilizamos cotidianamente los colores y los grafemas mientras que determinadas peculiaridades a nivel cerebral activarían la percepción de la experiencia sinestésica.
Fuente:
Smilek, D. et. Al. (2007) Grapheme Frequency and Color Luminance in Grapheme-Color Synaesthesia. Psychological Science; 18(9): 793-795.
Anónimo dice
La novela "La arpista que escandalizó al Papa en la Capilla Sixtina" es un fiel reflejo de lo que le puede suponer la vida a una persona sinestésica.