Nuestra percepción del mundo que nos rodea es limitada. No podemos hacer conscientes todos los cambios que ocurren a nuestro alrededor porque nuestros recursos atencionales son bastante restringidos. Por ende, en nuestra propia escena visual pueden ocurrir cambios que nos pasan del todo desapercibidos, un fenómeno que la Psicología ha denominado “ceguera al cambio”.
Al contrario de lo que podría pensarse, esta “ceguera” no se debe a un problema perceptual relacionado con nuestros ojos sino con el cerebro. Es decir, nuestros ojos pueden abarcar un amplio campo visual pero nuestro cerebro no es capaz de codificar toda esta información y, por ende, muchas de las cosas que “vemos” a diario no llegan a ser conscientes.
Pero… ¿qué sucede en el ámbito del sonido?
Para comprobar esta idea investigadores de la Universidad Estatal de Chicago han realizado un diseño experimental muy original: le pidieron a las personas que hablaran por sus teléfonos móviles y en el medio de la conversación cambiaron al interlocutor. La pregunta era: ¿se darían cuenta las personas de que estaban hablando con alguien diferente?
En esencia los participantes eran entrevistados a través del teléfono, supuestamente como parte de un estudio sobre la memoria para los aromas. Una mujer joven les contactaba, les explicaba que les harían doce preguntas y, una vez que tenía su consentimiento, comenzaba a realizar la entrevista. Después de la tercera pregunta otra mujer tomaba el puesto de la primera entrevistadora (sin previo anuncio) y continuaba con el resto de las cuestiones. Se especifica que las cuatro féminas que participaron como entrevistadoras tenían frecuencias de voz de 200Hz, 202Hz, 218Hz y 239Hz.
Una vez terminada la fase de preguntas, se le decía a las personas que le pasarían a un supervisor. Este supervisor era el encargado de explorar si las personas habían notado el cambio de entrevistadora realizando preguntas del tipo: “¿notó algo inusual durante la entrevista?” o “¿notó algún cambio de voz durante la entrevista?”
En los primeros dos experimentos solo el 6 y el 4% de las personas notó el cambio de voz.
En otro experimento a los participantes se les advirtió al inicio que la voz de la entrevistadora podría cambiar. En este caso, el 75% de ellos reportaron correctamente el punto de la entrevista en el cual se intercambiaban las voces. Esto sugiere que la “sordera al cambio” no ocurre porque seamos incapaces de detectar las diferencias en las voces sino porque en determinadas circunstancias estamos prestando demasiada atención a una actividad y nuestro cerebro es incapaz de detectar el cambio.
Los investigadores dan un paso mas allá y explican que la sordera al cambio sería un fenómeno bastante normal en tanto los seres humanos estamos “diseñados” para la comunicación cara a cara; por ende, no tendríamos por qué tener un mecanismo de alarma particularmente eficaz que detectara los cambios en las voces mientras mantenemos una conversación. En otras palabras, asumimos nuestro interlocutor es siempre el mismo por lo que necesitaríamos de recursos atencionales extras para detectar un cambio, algo que sería imposible si ya estamos demasiado concentrados en otra actividad.
Lo más curioso es que la sordera al cambio parece no tener límites. En un último experimento los investigadores cambiaron la voz de la mujer por la de un hombre y en este caso, aún existieron personas que no se percataron de la diferencia (si bien fue solo el 10%).
Fuente:
Fenn, K., Shintel, H., Atkins, A., Skipper, J., Bond, V. & Nusbaum, H. (2011) When less is heard than meets the ear: Change deafness in a telephone conversation. The Quarterly Journal of Experimental Psychology; 64 (7): 1442-1456.
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