
Este trastorno afecta aproximadamente al 4% de la población mundial y resulta mucho más común entre las féminas. No obstante, en edades tempranas resulta más habitual entre los varones. Se ha observado un pico elevado de la incidencia de la tricotilomanía entre los dos y los seis años, evidentemente, antes de los dos años es muy difícil que el niño pueda coordinar con precisión sus movimientos motores para tirar con suficiente fuerza de sus cabellos. Después de los 18 años, es muy poco común que aparezcan nuevos casos.
El DSM IV encuadra a la tricotilomanía como un trastorno del control de los impulsos y para diagnosticarla deben estar presentes algunos de los siguientes síntomas:
– Arrancarse el cabello de forma recurrente causando una notable pérdida del mismo.
– Una sensación creciente de tensión antes de arrancarse los cabellos o cuando se intenta inhibir este comportamiento.
– Una sensación agradable de gratificación, placer o satisfacción durante el acto de arrancarse los cabellos.
– Un malestar clínicamente significativo que le impide a la persona desempeñarse normalmente ya sea en el área social, laboral o de las relaciones interpersonales.
Las causas de la tricotilomanía aún permanecen en discusión. Existen algunos especialistas que abogan porque en su base se halla una relación difícil con los padres y la presencia de carencias afectivas en la etapa infantil. Para sustentar esta idea se basan en el presupuesto de que el trastorno normalmente aparece en edades tempranas.
No obstante, hay quienes apuestan por los factores genéticos afirmando que en el 10% de los casos se ha observado de base un trastorno obsesivo-compulsivo de origen hereditario. Recientemente también se ha hallado a través de la resonancia magnética funcional que las personas con tricotilomanía presentan un incremento en las densidades bilaterales de materia gris en el cuerpo estriado izquierdo, en la formación amígdalo-hipocampal izquierda y en las regiones corticales bilateralmente múltiples (incluyendo la corteza cingulada, motora suplementaria y frontal). En palabras sencillas esto indicaría un funcionamiento diferente de los circuitos neurales inplicados en el aprendizaje y la regulación de las emociones. Por supuesto, esta idea aún debe ser objeto de posterior validación con muestras mayores.
Tampoco faltan los especialistas que relacionan la tricotilomanía con el estrés y la presión ambiental, probablemente porque en muchas ocasiones este comportamiento aparece después de algún suceso particularmente estresante que actúa como evento desencadenante.
Vale puntualizar que normalmente muchas personas que padecen de tricotilomanía también presentan ciertos rasgos obsesivos, numerosas supersticiones y compulsiones mentales. Por ejemplo, en los adolescentes la tricotilomanía puede venir acompañada de un bajo rendimiento académico y de otro tipo de compulsiones como la onomatomanía (búsqueda obsesiva del significado de las palabras) o la onicofagia (hábito de comerse las uñas).
Debe decirse que si bien cada cabello tiene dimensiones pequeñísimas, lo cierto es que las personas que padecen de tricotilomanía llegan a hacerse daño, sobre todo en la zona frontoparietal. Cuando la persona deja pasar cierto tiempo sin recibir ayuda terapéutica; el comportamiento tricotilomaníaco puede ocupar una buena parte del día y convertirse en un trastorno muy invalidante, sobre todo para las relaciones sociales ya que el afectado intenta esconder los signos de lesión y cuando esto ya no es posible, se aísla socialmente.
Muchas de las terapias existentes para tratar la tricotilomanía se focalizan en hacerle enfrentar a la persona el problema, que muchas veces viene minimizado o incluso negado (muchas personas prefieren visitar el dermatólogo antes que el psicólogo). Normalmente la psicoterapia logra «eliminar» el trastorno aunque cuando está muy arraigado suele utilizarse la ayuda farmacológica. No obstante, vale aclarar que el curso de la tricotilomanía es muy variable y puede reaparecer incluso después de años de desaparición.
Fuentes:
Kratochvil, C.J. & Bloch, M.H. (2009) Trichotillomania across the life span. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry;48: 879-883.
Chamberlain, S. R. et. Al. (2008) Grey matter abnormalities in trichotillomania: morphometric magnetic resonance imaging study. British Journal of Psychiatry; 193(3):216-221.
Jennifer Delgado dice
Geraldine,
La tricotilomanía no afecta directamente al bebé. De todas maneras, es conveniente que se lo comentes a tu médico.
jonathan felipe diaz galleguillos dice
hola jennifer, mira yo desde que tengo razón de ser he sufrido este trastorno, que nunca le preste importancia , pero mas que nada por falta de información, pero ahora que soy profesional si para mi es un problema porque me conlleva a muchas cosas que tengo que superar como por ejemplo falta de seguridad en el área laboral y también familiar, me cuesta expresarme en publico, es mas todo lo que arrastra la tricotilomania . y de verdad me hace falta ayuda profesional.
Jennifer Delgado dice
Hola Jonathan,
Aquí tienes un ebook sobre la tricotilomanía con técnicas prácticas que te ayudarán a controlar esos impulsos. No obstante, también puedes valorar la posibilidad de acudir al psicólogo.
Marquitos Kromm dice
Hola, yo soy marcos kromm y también tenía este trastorno. Todo comenzó cuando tenía 9 años, yo estaba en la escuela de arte dibujando y de repente comencé a quitarme el pelo de la nada, luego se hace de noche, estaba viendo televisión y de la nada comencé a quitarme el pelo nuevamente, después de haber estado varios minutos quitándome el pelo, me toco la cabeza en la parte de atrás y sentí que no tenía pelo. Este trastorno estuvo en mi por más de 10 años, siempre he tenido que sufrir Bullying, insultos, golpes, vergüenza, preguntas que me incomodaban muchísimo, todo esas cosas feas que me decían me hacían entrar en depresión, mucha tristeza e incluso intenté quitarme la vida porque ya no soportaba más todo el sufrimiento que estaba teniendo, hasta que un día decidí ir a yoga para tranquilizarme y sentirme mejor. Hoy en día gracias al yoga no me arranco más el pelo y gracias al yoga me siento muchísimo mejor, aunque todavía tengo problemas con mi conducta pero sé que yo podré superarla. Sólo quería informales eso. Si alguno de ustedes padece de este trastorno, les recomiendo hacer yoga y verán que en pocos meses se sentirán mejor y no se quitarán el pelo, así logré yo vencer a la tricotilomanía.
José dice
Hola , me llamo José tengo 24 años y aun tengo este problema de la tricolfagia, actualmente ya no lo hago pero digo que tengo el problema, porque por momentos tengo ganas de comer cabello … lo he dejado por fuerza de voluntad pero aun asi no creo que sea la solución ya que a todas horas sigo pensando en ello. A parte tengo otro problema y es que no solo me lo como sino juego con el cabello , y me inflinjo dolor cuando lo hago porque me da placer por asi decirlo y calma la ansiedad y esa sensación que te abruma … nose aun como explicarlo, y si consigo a traido problemas personales , familiares y social … no soy una persona que sea extrovertido pero ultimamente estoy batallando solo por resolverlo y siento que es imposible .
Jennifer Delgado dice
Hola José,
Cuando un problema como ese se arrastra durante tanto tiempo, suele ser necesaria la ayuda de un psicólogo que valore sus causas y pueda trabajar contigo para buscar soluciones.
ESTEFANY dice
Hola Sta. Jennifer soy Estefany tengo 22 años, tengo tricotilomania y tricofagia, he tratado de salir de esta pero no puedo, fui a ver a un psicólogo pero no me sale las palabras para poder contarle de lo que tengo.
Jennifer Delgado dice
Hola Estefany,
En principio, si el psicólogo es bueno, en un par de sesiones podrías tener la confianza suficiente como para comenzar a contarle lo que te ocurre. Si no te sientes cómoda con ese psicólogo, te recomiendo busques a otro.
Un saludo y suerte