
Vale aclarar que este comportamiento, que podemos poner en práctica de forma cotidiana y de manera un tanto automática, se convierte en patológico cuando asume el carácter de compulsión, cuando la persona lo vive como una necesidad imperiosa que no puede frenar y que, repitiéndose en el tiempo, aumenta su intensidad y frecuencia hasta provocar lesiones cutáneas visibles y permanentes.
Generalmente el rostro es la parte del cuerpo que suele ser centro de la dermatilomanía aunque otras áreas como los labios, el cuero cabelludo, las manos y los brazos también suelen verse afectadas.
La persona afectada por la dermatilomanía en sus inicios suele mostrar una atracción poco común y persistente hacia alteraciones cutáneas tan normales como el acné, las manchas, las picaduras de insectos o las costras que suelen salir en las pequeñas heridas. Cuando llega a un punto patológico, la persona incluso comienza a dañarse partes de la piel totalmente sanas pues según su percepción tienen un defecto, aunque nadie más lo puede observar.
Usualmente estas personas se dañan la piel con los propios dedos aunque también pueden usar pinzas, palillos o cualquier otro utensilio que tengan a mano.
Esta patología puede hacer su aparición a cualquier edad, lo mismo en la adolescencia que en la tercera edad y puede extenderse durante meses o años. En algunos casos las personas refieren un evento particularmente estresante como factor desencadenante. Así, la ansiedad, el estrés, el miedo, la excitación o el aburrimiento son los principales factores que dan pie a la dermatilomanía.
Como en la mayoría de las compulsiones, una vez que la persona ha satisfecho su necesidad, experimenta cierto grado de placer y gratificación por el simple hecho de que ha liberado una tensión que lo compulsaba a hacerse daño en la piel. De esta forma, este comportamiento funge a la misma vez como excitante y calmante. Vale aclarar que para algunas personas este comportamiento resulta una suerte de «hechizo mental» ya que pueden pasarse minutos u horas totalmente ensimismados en esta tarea y ajenas al mundo que le rodea.
No obstante, uno de los factores que se ha relacionado con la dermatilomanía es el perfeccionismo pues inicialmente el acto aparece bajo la forma de eliminar las imperfecciones cutáneas aunque con posterioridad el «remedio sea peor que la enfermedad».
Al final, este trastorno resulta altamente discapacitante a nivel social ya que en sus inicios la persona puede esconder sus cicatrices con el maquillaje pero con el curso del tiempo, si no se solicita ayuda especializada, las marcas se acrecientan y la persona tiende a evitar el contacto social para no ser observada y descubierta.
Con fines eminentemente diagnósticos, debe puntualizarse que los especialistas aún discuten si la dermatilomanía debe encuadrarse como un trastorno del control de los impulsos o como un trastorno del espectro obsesivo-compulsivo, sobre todo porque aproximadamente el 15% de los pacientes que sufren un trastorno obsesivo-compulsivo también presentan la dermatilomanía.
Sin lugar a dudas la dermatilomanía tiene elevados índices de comorbilidad con la tricotilomanía (arrancarse el cabello) y la onicofagia (comerse las uñas), 36.7% y 26.7% respectivamente. Estas relaciones hacen que otros psicólogos encuadren la dermatilomanía dentro de los “comportamientos repetitivos focalizados sobre el cuerpo” y abogan porque ésta sea una categoría diagnóstica independiente.
Como puede presuponerse, la terapia cognitivo-conductual, específicamente el Habit Reversal Training, suele ser muy eficaz para controlar esta patología aunque también se suele utilizar con excelentes resultados las terapias basadas en el Mindfulness.
Fuentes:
Hayes, S. L.; Storch, E. A. & Berlanga, L. (2009) Skin picking behaviors: An examination of the prevalence and severity in a community sample. Journal of Anxiety Disorders; 23(3): 314-319.
Odlaug, B. L. & Grant, J. E. (2008) Clinical characteristics and medical complications of pathologic skin picking. General Hospital Psychiatry; 30(1): 61-66.
Jennifer Delgado dice
Hola Camilita,
La terapia cognitivo-conductual es una forma de abordar el TOC, pero no es la única, aunque según los estudios al respecto, es la más eficaz hasta el momento.
No obstante, en sentido general, solo debes asegurarte de que el psicólogo tiene experiencia tratando los trastornos obsesivo-compulsivo, independientemente del enfoque que siga.
Ana dice
Me encantó tu artículo, hasta ahora no había visto nada que relacionara morderse, los dedos, quitarse granos, costras, con un mismo problema. Y aquí ahora, me doy cuenta que lo hago todo…desde hace unos quince años me quitó la piel de los padrastros, debo de eliminar cualquier grano que tenga, y si no los veo me palpo el cuerpo buscando imperfecciones para eliminarlo, al igual que las costritas que salen en la cabeza, me da ansiedad saber que algo quede ahí, causando un abultamiento que no debe de estar. Que curioso…. Me ha gustado mucho este artículo porque hasta ahora era algo que hacía inconscientemente pero ahora que leo esto es como aceptar el problema. Muchas gracias!
Jennifer Delgado dice
Hola Ana,
Me alegra haberte ayudado. A veces el simple hecho de ponerle un «nombre» a lo que nos pasa ya es liberador. El próximo paso es buscar la solución 😉
Val dice
Hola, no sabía que esto tenía nombre, supongo que mi caso es moderado porque todavía no me he lastimado mucho…. Pero si me siento un pellejo en la planta de los pies no paro hasta que lo arranco; si siento sólo una orilla o borde de un pellejo lo comienzo a rascar hasta que lo arranco y después me lo como (odio decirlo, pero sabe delicioso). Obvio ni de broma uso sandalias o zapatos descubiertos, estoy intentando limar mis pies para ver si dejando de sentir los bordes de la piel puedo dejar de hacerlo. Ha habido veces que me ha salido sangre y sólo ahí me detengo pero empiezo en otra zona del pie o en el pie contrario, sé que debo de parar así que espero la lima me ayude un poco…. también tengo afición con reventar granos y abscesos, será que tengo que ir al psicólogo?
Jennifer Delgado dice
Hola Val,
Sí, te recomiendo que vayas al psicólogo, no solo para que te brinde técnicas para lidiar con el problema sino para que busque su causa.
Anonimo19 dice
Hola, llevo tiempo haciéndome heridas en la frente y en las orejas. . . Cada vez empeoro (trabajo de lunes a domingo no se si influye eso y además que mi relación por mi trabajo se esta por acabar) no se si es ansiedad en si o dermatilomania pero inconscientemente lo hago y sigo y sigo hasta sacarme las costras. Estoy preocupada por ello ya que no se como lidiar esto. . .