Observa con atención las dos figuras que aparecen arriba, una de ellas recibe el nombre de “Maluma” y la otra de “Takete”. Según tu opinión, ¿cuál de ellas es Maluma y cuál Takete?
Si has conferido el nombre de Maluma a la figura de la izquierda y Takete a la figura de la derecha, no te preocupes; la mayoría de las personas a través del tiempo ha respondido de la misma forma.
¿Maluma o Takete?: La fonoestesia
Ambas figuras fueron ideadas por Köhler a finales de los años ’20 y son simples garabatos sobre un papel pero uno de ellos está formado por líneas quebradas, llenas de ángulos y puntas mientras que el otro es una línea más suave y curva que no forma ángulos abruptos.
Köhler le pidió a las personas que calificaran cada dibujo como un Maluma o un Takete, dos palabras totalmente desconocidas, de manera que las personas no pudieran asociarlas con ninguna forma anterior que conociesen. Sin embargo, la mayoría de los entrevistados respondieron de forma unánime: las curvas eran Maluma y las líneas quebradas eran Takete. Evidentemente, esta unanimidad inesperada despertó la curiosidad de Köhler: ¿cómo es posible que dos figuras sin sentido y dos palabras absurdas diesen lugar a una decisión consensuada?
Köhler explicó que, aparentemente, los seres humanos realizan una asociación entre algunos patrones fonéticos o pseudo palabras con ciertos patrones visuales. Para comprobar esta teoría recientemente investigadores de la Universidad de Belgrado sometieron a otro grupo de personas a un experimento bastante similar al realizado por Köhler años antes. A los voluntarios se les presentó un set de patrones visuales abstractos y una serie de pseudo palabras que debían asociar entre sí. Los resultados fueron muy curiosos: las figuras angulares se relacionaban con los fonemas: t, z, r, c, k mientras que las figuras curvilíneas se asociaban a los fonemas: m, a, l, o, n.
Los investigadores afirman que las palabras no contienen simplemente un significado único atribuido culturalmente sino que son una estratificación de significados. Estos significados son los que nos permiten entender una palabra si bien no conocemos su significado exacto y van variando desde los sentidos más complejos hasta los más simples hasta llegar al nivel fonético.
Así, las formas redondeadas son asociadas a objetos grandes y rellenos o a objetos que poseen una amplia cavidad sonora como por ejemplo, los tambores. Cuando se pronuncia la palabra Maluma, la boca se llena de aire y da la impresión que éste girase en el paladar. Al contrario, al pronunciar la palabra Takete, las letras “t” y “c” tienden a dar la sensación de explosividad, un sonido más agudo que implica la salida del aire de la boca. Estos movimientos físicos para verbalizar las palabras también podrían estar determinando el significado que le brindamos y con qué las asociamos.
A este fenómeno se le ha llamado fonoestesia y muchos especialistas se preguntan si no es un residuo muy antiguo del protolenguaje, un sistema de comunicación precedente con construcciones muy simples que se valía de un simbolismo fonético para asignar significados a los diferentes objetos.
No obstante, otra explicación podría hallarse en la propia visualización de la palabra; sin lugar a dudas la propia construcción de las letras t, z, r, k tienen formas puntiagudas mientras que las letras m, a, o, n tienen formas más suaves lo que podría llevar a las personas a realizar esta asociación.
Sin embargo, la incidencia de las formas de cada una de las letras ha sido una teoría descartada ya que investigadores de la McMaster University en Canada replicaron el mismo experimento pero en esta ocasión en niños de dos años y medio de edad. La única diferencia fue que utilizaron las palabras: “Bouba” y “Kiki”. Como podrán presuponer, también los niños pequeños asociaron la palabra Bouba a las figuras redondeadas y la palabra Kiki a los objetos afilados.
De esta forma, solo resta pensar que los propios sonidos de las palabras, al pronunciarlas, conducen a realizar estas asociaciones con las imágenes.
Fuentes:
Maurer, D.; Pathman, T. & Mondloch, C. J. (2006) The shape of boubas: sound–shape correspondences in toddlers and adults. Developmental Science; 9(3): 316-322.
Jankovic, D. & Markovic, S. (2001) Takete – Maluma phenomenon. Perception; 30.
Anónimo dice
Yo asocie la primera figura con el primer nombre Maluma; por que digamos que tiene algo de Loma en sus redondeles, y la otra por la formas puntudas a TK que son de forma puntiaguadas. Ademas no solo por los nombres sino que el primer nombre con la primera figura y el segundo con la segunda por sequencia y por que no sabia el significado de esas dos palabras y figuras.
Jennifer Delgado Suarez dice
Gracias por dejarnos tus impresiones. Lo que te ha sucedido a ti, es lo que nos pasa más o menos a todos.
De ahí la curiosidad de este fenómeno.
Mauricio Moreno dice
Cuando leo Takete, me imagino a un samurai Japonés que va a la guerra. Cuando leo maluma, me imagino a un reggaetonero homosexual y sin personalidad, encerrado en un closet y presumiendo ser un playboy.