El concepto de mottainai es una de las principales razones por la que muchos japoneses no dejan ni un grano de arroz en su cuenco cuando comen. Pero esta idea tan arraigada en su cultura va mucho más allá de respetar los recursos que tenemos y no desperdiciarlos. Este principio va más allá del desperdicio cero para invitarnos a usar las cosas con un sentimiento de respeto y gratitud. También nos invita a reflexionar sobre la manera en que aprovechamos o malgastamos nuestro tiempo y energía.
Un kimono, mil vidas
Mottainai no es solo una palabra, es una forma de pensar y actuar profundamente arraigada en la sociedad japonesa, cuyas raíces se remontan al budismo y el sintoísmo. De hecho, su origen es muy antiguo, aunque no siempre se utilizó tal y como la conocemos en la actualidad.
La palabra en sí se remonta al siglo XIII. En aquella época se usaba para indicar un problema, daño o algo inapropiado. Esa impronta negativa ha sobrevivido, pero su significado ha cambiado.
Para comprender su evolución debemos remontarnos al periodo Edo de los samuráis, aproximadamente entre los siglos XVII y IX. Entonces las personas debían usar sus kimonos durante 10 o 20 años, por lo que se veían obligadas a zurcirlos una y otra vez.
Cuando finalmente ya no podían llevarlos más, les daban una segunda vida convirtiéndolos en algo útil que pudieran seguir usando en casa. Y cuando ya no servían ni siquiera como trapos para limpiar, se utilizaban para encender el fuego para cocinar. Finalmente, ni siquiera las cenizas se desperdiciaban porque estas se usaban para lavar los platos.
Las penurias económicas que la población japonesa atravesó a lo largo de su historia y la larga sombra de la II Guerra Mundial, que acentuó la falta de recursos, hicieron que el espíritu del mottainai se arraigara y extendiera a todas las esferas de la vida.
Aún hoy, los viejos kimonos siguen teniendo mil vidas ya que muchas personas los convierten en accesorios preciosos, desde carteras hasta sandalias de tela llamadas nuno zori. Por tanto, no debe extrañarnos que en ciudades como Kamikatsu se recojan hasta 45 categorías de basura para poder reciclarlas adecuadamente.
Los japoneses se preocupan por usar las cosas de manera consciente. Valoran lo que tienen e intentan cuidar sus posesiones, así como no desperdiciar nada. Pero esa mentalidad no solo se aplica a los productos, sino también a la vida.
¿Cuál es el significado de la palabra mottainai?
Cuando alguien exclama “¡mottainai!” (勿体無い) está diciendo: “¡qué desperdicio!”. Generalmente es una expresión que se utiliza para quejarse porque alguien tira la comida, no ha utilizado un producto que ha comprado, ha tirado algo que todavía se podía usar o no ha aprovechado bien un espacio.
Mottai (もったい・勿体) se refiere al valor intrínseco de un objeto material y nai (ない・無い) indica ausencia o carencia. Los budistas solían usar esta palabra para expresar su pesar ante el desperdicio o el mal uso de algo de gran valor o de naturaleza sagrada.
De hecho, el deseo de mostrar respeto por las cosas surge de la creencia budista de que todo tiene una esencia y está interconectado, de manera que cada una de nuestras acciones tienen consecuencias. Sin embargo, eso no significa desarrollar un apego poco saludable hacia las posesiones, entendido como una reticencia a desprendernos de las cosas que no necesitamos.
Más bien se trata de no tirar a la basura aquello que puede seguir siendo útil, ya sea a nosotros mismos reconvertido en otro objeto o a otras personas en su estado original. Al tratarlo con respeto, los japoneses honran la historia de ese objeto. Y cuando llega el momento de eliminarlo, le dan una “despedida” digna y responsable.
¿Aprovechas o desperdicias tu vida?
Existe una interpretación más psicológica del concepto de mottainai, en cuyo caso se traduce como el “arrepentimiento por desperdiciar”. Por tanto, es un principio que no solo se refiere a las propiedades, sino también a conceptos más abstractos, como el tiempo o un talento, la energía personal, una oportunidad o incluso nuestra propia vida.
Y es que, en sentido general, todos podemos adoptar el espíritu mottainai para aprender a respetar, apreciar y aprovechar los recursos de los que disponemos en nuestra vida cotidiana, incluyendo también nuestras capacidades, virtudes y dones.
El mottainai nos anima a reconocer y respetar nuestra esencia. Nos invita a reconocer nuestro valor intrínseco mirando en nuestro interior para descubrir los recursos psicológicos de los que disponemos, para que podamos usarlos de la manera más inteligente posible.
Este concepto japonés también es una invitación a aprovechar nuestra vida. A encontrarle un sentido o el ikigai, eso que nos permitirá hacer para lo que hemos nacido, nos apasiona y en lo que brillamos.
El mottainai es, en definitiva, una llamada a ser más conscientes de nuestras decisiones, experimentar gratitud por lo que tenemos y lo que somos, y comprometernos con nosotros mismos construyendo una vida con sentido que valga la pena hasta el último minuto.
Referencias Bibliográficas:
Sirola, N. et. Al. (2019) Mottainai! — A Practice Theoretical Analysis of Japanese Consumers’ Food Waste Reduction. Sustainability; 11(23): 6645.
Maruko, E. (2014) «Affluence of the Heart»: Wastefulness and the Search for Meaning in Millennial Japan. The Journal of Asian Studies; 73(1): 165-186.
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