
Hay personas que nos facilitan la vida y hay quienes nos la dificultan. Hay maestros en desenredar nudos del alma y hay especialistas en crear enredos. Hay quienes aquietan tempestades y hay quienes crean tormentas en un vaso de agua. Así de sencillo.
A lo largo de la vida encontramos todo tipo de personas y tenemos que estar preparados para lidiar con ellas ya que de esas relaciones pueden surgir nuestras mayores alegrías o nuestros pesares más profundos. Las personas obstruccionistas tienen uno de esos perfiles que debemos aprender a gestionar. Si no lo hacemos, terminaremos enredados en su telaraña, sin energía o motivación para avanzar.
Las señales que delatan una actitud obstruccionista
El obstruccionismo dificulta la convivencia convirtiendo casi todo en un problema.Estas personas tienen un problema para cada solución, de manera que se solo se fijan en las manchas del sol haciendo caso omiso de su luz.
Podemos identificarlas porque siempre tienen una actitud negativa y hostil, de manera que los encuentros suelen ser más bien desencuentros pues generalmente terminan en conflictos. Las personas obstruccionistas no construyen barricadas visibles ni levantan muros enormes para detenernos, más bien elaboran una fina y casi invisible tela de araña en la que caemos.
Estas personas suelen desarrollar una estrategia de afrontamiento pasivo-agresiva, lo cual significa que no suelen atacar directamente, sino que recurren a tácticas más sutiles, desde el engaño hasta la manipulación emocional. El desprecio, la indiferencia, la inacción y evadir cualquier tipo de responsabilidad también son actitudes obstruccionistas típicas.
Otros comportamientos característicos de las personas obstruccionistas son:
- Comunicación hostil e inmadura. Las personas obstruccionistas no han desarrollado sus habilidades comunicativas, de manera que suelen relacionarse con los demás como niños pequeños. Cuando no desean algo, simplemente tienen una rabieta. No razonan, no escuchan y ni siquiera expresan lo que quieren, sino que recurren al silencio como castigo.
- Olvidos voluntarios. Un comportamiento típico del obstruccionismo son los olvidos premeditados. Estas personas se niegan a ayudar o cooperar, pero en vez de decirlo abiertamente, se comprometen y luego faltan a su palabra aduciendo un olvido involuntario al que restan importancia. Así terminan obstruyendo el avance de los demás, sembrando minas a su paso.
- Ambigüedad permanente. Las personas obstruccionistas evitan comprometerse, por lo que generalmente navegan en la ambigüedad y arrastran a todos los demás a esas aguas. Incluso su día a día está marcado por esa incertidumbre, de manera que nos empujan constantemente a tomar decisiones en su lugar. Suelen brindar respuestas vagas o responden con otras preguntas para evitar comprometerse.
- Bloqueo constante. Con una persona obstruccionista al lado, resulta casi imposible dar cualquier paso o hacer planes. Encuentran defectos y problemas a todo. Aunque no lo digan claramente, al final terminan quitándonos las ganas de hacer casi cualquier cosa porque nos contagian su pesimismo.
- Minar la moral. Las personas obstruccionistas son especialistas en minar la moral. Ven obstáculos y problemas por doquier, haciéndonos dudar no solo del proyecto sino incluso de nosotros mismos. Su táctica preferida para evitar que avancemos consiste en socavar nuestra confianza y seguridad, generalmente a golpe de indirectas.
En la mayoría de los casos, el obstruccionismo es una táctica destinada a ganar tiempo, evitar un problema o manipular al otro. Esa actitud se puede apreciar en quienes tienen una personalidad problemática e inmadura, pero a veces también puede ser el resultado de vivencias traumáticas, como una gran desilusión o un cuadro depresivo.
El obstruccionismo como estrategia para bloquear planes y anular personas
El obstruccionismo termina boicoteando todo intento de acuerdo y hace que la relación se llene de conflictos latentes. De hecho, la persona obstruccionista transfiere el peso del vínculo al otro, lo cual no solo es injusto, sino que termina siendo agotador y desgastante.
Por esa razón, el obstruccionismo en la pareja es el principal predictor de la separación. Una pareja obstruccionista bloqueará todo intento de comunicación y, al no poder resolver los problemas constructivamente, la relación se quiebra. De hecho, convivir con una persona obstruccionista implica tener al lado a alguien que nos anula constantemente.
De cierta forma, la actitud obstruccionista podría compararse con una de las técnicas clásicas de tortura en la que se mantenía a las personas de pie durante horas, evitando que se sentaran, durmieran o fueran al baño. Ese tipo de abuso tiene un efecto profundo en la mente porque hace que la víctima sienta que ha perdido el control y caiga en una situación de indefensión aprendida.
Un estudio clásico de la Psicología realizado en 1956 mostró que si nos exponemos al mismo estímulo una y otra vez, se activa un proceso llamado habituación. El obstruccionismo no solo absorbe nuestra energía, sino que también nos arrebata el entusiasmo, de manera que caemos en la telaraña de la desidia y el pesimismo, que es precisamente lo que desea la persona obstruccionista, que perdamos las ganas y el ímpetu.
¿Cómo lidiar con el obstruccionismo en las relaciones?
Responder al obstruccionismo no es fácil. Las discusiones y los ultimátum no suelen ser útiles con estas personas pues generalmente somos nosotros quienes perdemos la paciencia y el ánimo por el camino. Chocar una y otra vez contra una actitud obstruccionista puede ser francamente desmotivador.
La clave para lidiar con esas situaciones es la asertividad. Es importante explicar con claridad a la persona o pareja obstruccionista que existe un problema en la relación. Debemos describir los comportamientos que no nos gustan y nos dañan sin asumir un tono recriminatorio.De hecho, es importante no culpar a esa persona por su forma de ser y enfocarnos en sus comportamientos para que no perciba nuestras palabras como un ataque personal. La idea a transmitir es que deseamos mejorar la relación.
No obstante, debemos tener presente que las personas obstruccionistas no siempre reconocen lo que está sucediendo, por lo que tenemos que estar preparados para establecer límites. Es fundamental dejar claro aquello que no estamos dispuestos a tolerar. Si tenemos una pareja obstruccionista, por ejemplo, podemos dejarle claro que no estamos dispuestos a encargarnos siempre de los planes para que luego los critique o sabotee. En cambio, nos gustaría que se implicara más y asumiera nuevas responsabilidades en la relación.
También es fundamental dejar claras las consecuencias, sobre todo si notamos que no hay avances o voluntad de cambio. Si se trata de un colega obstruccionista que ralentiza el trabajo, por ejemplo, debemos dejarle saber que no estamos dispuestos a consentir esa actitud y que tendrá que rendir cuentas ante el equipo.
Por último, debemos recordar que el obstruccionismo no solo anula nuestros planes, también puede anularnos como personas si no somos capaces de salir de esa influencia tóxica. Por tanto, debemos dejar claro que si no nos van a ayudar a volar, al menos deben despejar la pista.
Fuente:
Jasper, H. & Sharpless, S. (1956) Habituation of the arousal reaction. Brain; 79(4):655-80.
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