Hay personas agotadoras. A secas. Sin paliativos. Estas personas consumen nuestro tiempo, energía y a veces también nuestra paciencia. Después de ese encuentro nos sentimos cansados psicológicamente, como si hubieran aspirado nuestra energía emocional.
Sus actitudes y palabras nos agotan, por lo que estas personas terminan convirtiéndose en auténticos saboteadores de la calma, el equilibrio, la positividad y, en última instancia, de nuestra felicidad. Por desgracia, no siempre somos conscientes del impacto de este tipo de vínculos en nuestra salud psicológica, de manera que seguimos arrastrando su influjo negativo.
Los 5 tipos de personas agotadoras más comunes
Existen diferentes comportamientos que pueden producir ese drenaje psicológico, por lo que podría hacerse referencia a distintos perfiles agotadores:
- Personas sabelotodo. Suelen ser personas con egos desmesurados que asumen una actitud arrogante en sus relaciones. Opinan de todo y siempre tienen un consejo o una crítica bajo la manga. Nos dicen qué debemos hacer y cómo lo debemos hacer, por lo que lidiar con ellas es, simple y llanamente, agotador.
- Insatisfechos crónicos. Se trata de personas que desarrollan una actitud demandante porque no se sienten satisfechas con nada y siempre quieren más. Son incapaces de ver sus logros y centrarse en lo positivo porque siempre tienen la vista puesta en lo que les falta, de manera que relacionarse con ellas termina siendo desgastante.
- Personas con complejo de mártir. Estas personas llaman la atención continuamente sobre sus desventuras y sufrimientos. Su diálogo suele convertirse en un disco rayado que versa sobre todo lo que han hecho por los demás y su capacidad para inmolarse, por lo que nuestros problemas y necesidades siempre quedan relegados a un segundo o tercer plano.
- Quejicas crónicos. Se trata de uno de los perfiles de personas que más agotan ya que siempre tienen un problema para cada solución. Son personas altamente pesimistas que hacen de la queja su modo de vida, a menudo asumiendo la actitud de víctima. Son auténticos especialistas en echar por tierra cualquier plan y esperanza, tiñendo de gris nuestra esperanza.
- Personas con una personalidad narcisista. Estas personas demandan tanta atención que llegan a ser agotadoras. Experimentan una necesidad excesiva de admiración y harán cualquier cosa para lograrla. Creen que son únicos y especiales, por lo que desprecian a los demás y solo los usan para reafirmarse a sí mismos. Su profundo egocentrismo es lo que termina drenándonos emocionalmente.
Las emociones negativas se contagian el doble de rápido que las positivas
Las personas agotadoras se pueden encontrar por doquier: en el trabajo, entre nuestras amistades y, por supuesto, en el seno de la familia. Absorben nuestra energía positiva para alimentar su inagotable hambre de negatividad, dejándonos agotados, exhaustos e infelices. Se comportan como un “camión de basura emocional”; es decir, llevan consigo una enorme carga de emociones negativas que vuelcan sobre la primera persona que encuentran.
Estas personas suelen cargarse de miedos, rencores, prejuicios y pensamientos negativos. Cuando su «contenedor emocional» está a punto de desbordarse, proyectan toda esa negatividad sobre los demás, llegando a provocar un auténtico contagio emocional.
De hecho, psicólogos de la Universidad de Harvard comprobaron que las emociones negativas se transmiten mucho más rápido que las positivas siguiendo un patrón de propagación bastante similar al de los virus. Por cada amigo que experimente emociones negativas, nuestras probabilidades de sentirnos infelices se duplican.
Otro estudio llevado a cabo en la Universidad de Florida reveló que cuando somos víctimas de actitudes groseras y rudas, somos más propensos a responder de la misma manera en otras situaciones, una actitud que podemos arrastrar durante toda una semana.
Eso significa que las emociones “negativas” no solo son más intensas, sino también más duraderas, provocan una respuesta más fuerte y pueden influir negativamente en nuestras actitudes, decisiones y comportamientos. Por eso no es extraño que relacionarnos con personas pesimistas, rencorosas o estresadas termine pasándonos factura.
¿Cómo lidiar con las personas que agotan emocionalmente?
- Determina tu umbral de aceptación
Ante todo, es importante ser conscientes de que toda relación está compuesta por dos personas, lo cual significa que existen diferencias individuales en lo que cada quien considera agotador o drenante. Para una persona puede ser agotador relacionarse con gente que se queja constantemente, pero otras pueden tener más dificultades para lidiar con los comportamientos narcisistas. Por tanto, es importante que conozcamos nuestro umbral de aceptación y seamos conscientes de aquellos comportamientos y actitudes que más agotamiento psicológico nos generan.
- Deja de desear que sean diferentes
Las expectativas son una de nuestras principales fuentes de frustración. Cuando tenemos que lidiar con personas agotadoras, necesitamos reajustar nuestras expectativas. Pensar que todo el mundo debe ser amable, empático y dispuesto a ayudar es simplemente poco realista, por lo que debemos comenzar a aceptar que hay personas que son más egocéntricas, pesimistas o no saben escuchar. No se trata de etiquetarlas sino precisamente de ir más allá para descubrir otras cualidades positivas. Al fin y al cabo, nadie es completamente malo ni completamente bueno. Nosotros también podemos ser agotadores en determinados momentos.
- No dejes entrar a todo el mundo a tu círculo de confianza
Las personas que nos rodean y con las que nos relacionamos a diario, terminarán ejerciendo un enorme influjo sobre nuestro estado de ánimo, lo queramos o no. Por eso, es importante que seamos más selectivos a la hora de elegir a quienes forman parte de nuestro círculo de confianza e influencia. Eso no significa que debamos cortar relaciones con las personas que nos agotan, pero podemos dosificar y espaciar los encuentros, de manera que podamos lidiar mejor con sus consecuencias.
- No esperes a que te lean el pensamiento, comunica tus límites
Las personas no pueden leernos el pensamiento, por lo que es importante brindarles retroalimentación. Muchas veces las personas agotadoras no son plenamente conscientes del impacto de su comportamiento, por lo que hacérselo notar puede ayudarlas a mejorar en su relación con los demás y consigo mismas. Sin recurrir a recriminaciones ni culpabilizaciones innecesarias, podemos explicarles lo que no nos gusta y proponer una manera más asertiva de relacionarse. Se trata de tender puentes y buscar puntos en común pero sin perder de vista los límites.
Fuentes:
Foulk, T. et. Al. (2016) Catching rudeness is like catching a cold: The contagion effects of low-intensity negative behaviors. J Appl Psychol; 101(1): 50-67.
Hill, A. L. et. Al. (2010) Emotions as infectious diseases in a large social network: the SISa model. Proc Biol Sci; 277(1701): 3827-3835.
Norna Castro dice
Bdias, gracias por la información, considero muy valiosas sus aporta iones, ayudan a relacionarme con mis familiares, amigos y vecinos, excelente día!
Jennifer Delgado dice
Hola Norna,
Gracias por tu opinión, me alegra que encuentres útil lo que escribo 😉
Luis Vela dice
Maravilloso artículo. Es tan común vivir este tipo de relaciones y a veces es difícil marcar límites. Gracias por la información.
Jennifer Delgado dice
Hola Luis,
En efecto, difícil pero imprescindible para nuestro equilibrio emocional.
Luz edilma dice
Doctora Dios la bendiga, tengo un hijo de 17 años, me estresa mucho su comportamiento egocentrista , poco colaborador, nada empático, no mueve un dedo,se lo pasa acostado, no sale, todo lo sabe de boca pero no hace nada porque «no me gusta», no cumple con ninguna tarea, dice » no me mande yo veré ya estoy grande», muy grosero (vive amargado) , busca siempre la excusa para no hacer, los demás son los culpables de su bajo desempeño, pesimista y negativo, vive aislado … PERO en su mundo fantasioso es todo lo contrario: uno lo escucha hablando de «lo exitoso y famoso que va a ser, que hay si las personas lo van a necesitar, que está cansado de estudiar y trabajar tanto y de que todo el mundo le diga que no sirve para nada, entonces por eso no hace nada», no sale, de vez en cuando se baña, lleva la contraria en todo y a todos, dice » usted que va a saber ,no me conoce , no sabe lo que siento o he pasado»… Lo he llevado a varios sicólogos y como se ve y se expresa muy bien, voltea la torta, la que quedó mal soy yo… lo remitieron al siquiatra pero dice que la que debo ir soy yo… No sé qué hacer?
Me mantengo deprimida, desmotivada, como luchando contra la corriente, ya hasta descuide mi negocio y quebré…
Mil gracias por lo que me pueda ayudar, mi familia me dice que lo tiré para la calle que es muy desagradecido , me grita, tira las cosas ,contesta feo…estoy pegada de Dios todo poderoso .
Una duda que tengo depronto se puede haber quedado con una mentalidad de 13 años , no se le siguió desarrollando, es posible?