Después que escribí el artículo con cierto bis satírico: ¿Cómo escribir un libro de autoayuda? contraje una deuda con la Psicología Positiva. Existen algunos psicólogos que son sus más fieles defensores mientras que otros simplemente cierran puertas y ventanas a lo que consideran una moda pasajera. Sin embargo, como mi objetivo es acercarme a toda la Psicología desde una posición crítica, me propongo entonces escudriñar la Psicología Positiva respondiendo una serie de preguntas esenciales.
¿De dónde surge el término Psicología Positiva?
El término ha sido desarrollado por Seligman, investigador de la Universidad de Pensilvania que, habiendo dedicado gran parte de su carrera al trastorno mental y al desarrollo de conceptos como la indefensión aprendida, ha dado un giro radical en su orientación para promover una concepción más positiva del ser humano.
¿Por qué surge la Psicología Positiva?
La Psicología Positiva, como cualquier otro movimiento psicológico, surge de las insuficiencias de los modelos teóricos existentes para explicar la realidad psicológica. En este caso, Seligman (principal propulsor de la Psicología Positiva) afirma que la Psicología «Clásica» se ha centrado en un modelo eminentemente clínico y patogénico que pone el énfasis en los estados emocionales negativos como la depresión, la ansiedad, la angustia… intentando eliminar a través de las más variadas formas de psicoterapia esta emocionalidad negativa. Entonces propone una Psicología centrada en las emociones positivas y en la prevención de la enfermedad.
Por supuesto, esta idea no es nueva, ya la Psicología Humanista había propuesto algo parecido pero Seligman afirma que el humanismo, en tanto carece de bases teóricas sólidas, ha dado cobijo a innumerables prácticas y libros de autoayuda de dudosa reputación.
En resumen, la Psicología Positiva surge en un contexto donde las personas no solo necesitan escuchar: «piensa en positivo» sino que también necesitan saber por qué pensar en positivo los puede ayudar. Quizás no es una mera coincidencia el hecho de que la Psicología Positiva esté plantando raíces en plena crisis económica.
¿Cuáles son los presupuestos de la Psicología Positiva?
La Psicología Positiva tiene como objetivo mejorar la calidad de vida y prevenir la aparición de trastornos mentales a partir de la potenciación de las más diversas competencias personales.
Es una rama o especialidad de la Psicología que intenta comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano. También intenta crear nuevos instrumentos de evaluación que se centren en identificar las fortalezas de las personas más que en sus debilidades (debo recordar que el intento de diseñar pruebas centradas en la potencialidad data del genial psicólogo ruso Vygotski allá por los años 1920).
Según Seligman la Psicología Positiva «se basa en el concepto de felicidad que se desliga en otros aspectos más cuantificables como las emociones positivas (vida placentera), el compromiso (vida comprometida) y los propósitos (una vida con sentido).»
¿Qué investigaciones se han realizado en el marco de la Psicología Positiva?
Algunas de las más prominentes se han recogido con anterioridad en este sitio, así, me limito a brindarles algunos de los links donde hallarán un común denominador: el intento de comprender la felicidad humana y su impacto en la salud y el equilibrio psicológico de las personas.
Psicología de la Felicidad: ¿cuán felices somos?
Doce leyes que gobiernan las emociones
¿Los retos del futuro?
En palabras de Seligman, la Psicología Positiva presenta los siguientes retos:
- El cálculo del bienestar humano: hallar las relaciones entre los momentos de felicidad cotidianos y el bienestar emocional a largo plazo.
- El desarrollo de una cultura de la positividad: enseñar a las personas a desarrollar su capacidad para auto propiciarse experiencias positivas.
- La aplicación de los resultados de las Neurociencias.
En síntesis, la Psicología Positiva (¿escuela, enfoque o corriente? es algo que aún está por determinar a partir de su impacto en las Ciencias Psicológicas) intenta unir bajo un tronco común ideas de grandes psicólogos de las más diversas escuelas psicológicas (humanismo, histórico-cultural, conductismo y cognitivismo) para potenciar un ser humano más feliz y reflexivo. Hasta el momento la mayoría de sus adeptos intentan mantenerse en una rigurosa cientificidad pero sin lugar a dudas, también la Psicología Positiva dará cabida a la autoayuda dudosa de la cual pretende escapar.
No obstante, cerrarse a los cambios y a las nuevas propuestas es siempre una opción desdeñable. Todas las teorías que puedan propiciarnos nuevas herramientas para contribuir a la felicidad humana serán bienvenidas, sobre todo porque es un campo extremadamente escabroso donde se necesita una buena dosis de creatividad y de coraje para investigar. Así, estoy convencida que el futuro pragmático de esta nueva Psicología brindará muchos temas de discusión para un mañana no muy lejano.
Fuentes:
Seligman, M. (2008) Positive Health. Applied Psychology; 57: 3–18.
Vera, B. (2006) Psicología Positiva: Una nueva forma de entender la Psicología. Papeles del Psicólogo; 27(1): 3-8.
Seligman, M (2000) Positive Psychology: an introduction. American Psychologist; 55(1): 5-14.
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