Durante décadas, los psicólogos y gurús de la Psicología Positiva nos han empujado a desarrollar la autoestima porque afirmaban que sin ella es imposible llegar a tener éxito. Sin embargo, la realidad es bien diferente porque existen personas con mucha autoestima que jamás logran sus objetivos y otras que no se aman mucho pero que tienen éxito. ¿Por qué sucede esto?
Hace algunos años, Joanne Wood, un profesor de psicología de la Universidad de Waterloo en Ontario, se dispuso a probar la idea de que las afirmaciones positivas para aumentar la autoestima no eran muy eficaces. Así, reunió a un grupo de personas con baja y alta autoestima y les pidió que se repitiesen frases positivas sobre su valía personal.
Al final, las personas con alta autoestima reportaron sentirse más alegres y con más disposición a enfrentar los retos de la vida pero las recomendaciones positivas obtuvieron el efecto contrario en quienes tenían una baja autoestima; de hecho, reconocieron que se sentían peor que al inicio del estudio. Esto probablemente se debe a que las afirmaciones positivas son un recordatorio permanente de la distancia que deben recorrer, por ende, indica los fracasos y resulta desalentador.
De la misma forma, se ha demostrado que quienes tienen una autoestima demasiado elevada, tampoco son particularmente felices y tienden a mostrar más comportamientos racistas y violentos que el resto de las personas.
El mecanismo psicológico que se encuentra en la base
Entonces, si la baja autoestima no se puede eliminar con simples frases y no afecta los resultados objetivos que alcanzamos en la vida, ¿de qué sirve? A nuestra ayuda acude Jonathon D. Brown, un psicólogo social de la Universidad de Washington, que ha estado reflexionando al respecto durante varios años.
Brown considera que todos tenemos un nivel básico de la autoestima que se desarrolla durante la infancia a partir de las interacciones con los padres. Así, en lugar de respeto o admiración hacia uno mismo, él define la autoestima como un afecto. Es decir, las personas con una autoestima saludable se perciben de forma positiva y se aceptan incluso ante el fracaso. Al contrario, quienes tienen una autoestima baja, se hunden aún más ante los fracasos.
Este investigador considera que la autoestima está protegida por una “red de seguridad”, que se conforma a partir de las relaciones familiares tempranas. Esta red de seguridad nos permite mantenernos a flote aún cuando fracasamos pero existen personas que no logran desarrollarla ya que en su infancia fueron infravalorados constantemente, en estos casos, se desarrolla la baja autoestima. Por supuesto, quienes tienen una autoestima saludable suelen lidiar con más facilidad con las situaciones tensionantes o desfavorables.
¿Quieres ser feliz? ¡Olvídate de la autoestima!
Roy Baumeister, profesor de la Universidad Estatal de Florida y uno de los pioneros en la investigación sobre el valor de la autoestima se vio “obligado” a hacer un cambio radical en su propia teoría a partir de los años ‘80. Cuando este psicólogo realizó un meta-análisis donde se intentaba correlacionar la autoestima y los marcadores externos de éxito en la escuela, en el trabajo y en las relaciones sociales encontró que no había ninguna evidencia de que una autoestima alta ayudase a que las personas fuesen mejores estudiantes, los más exitosos en el trabajo o los más saludables. Así, el propio Baumeister recomienda: “olvídese de la autoestima y concentrarse más en el autocontrol y la autodisciplina”.
Obviamente, más allá de este consejo e independientemente de que la autoestima nos ayude más o menos a lograr nuestros objetivos, lo cierto es que no amarse a sí mismo no nos proporciona una vida particularmente feliz. Por eso lo mejor es aprender a lidiar con estos sentimientos de inferioridad.
Por fortuna, muchos investigadores se han percatado que existe una forma eficaz para lidiar con la baja autoestima y es no seguirle su juego. Es decir, la inmensa mayoría de las personas con baja autoestima no son capaces de atribuirse sus propios éxitos y buscan continuamente razones para el fracaso. Sin embargo, este es un patrón de comportamiento que se puede cambiar simplemente aprendiendo a ser objetivos.
Cada uno de nosotros comete errores pero también cosecha éxitos y tanto unos como los otros, son nuestra responsabilidad. Por ende, las personas con baja autoestima deberían aprender a felicitarse por sus éxitos y de esta forma se rompería el círculo vicioso que han creado a su alrededor.
Otro excelente consejo es focalizarse en los aspectos realmente esenciales de la vida y dejar de preocuparse por los detalles sin importancia, de esta forma minimizarás considerablemente las áreas de acción en las cuales no tienes grandes aptitudes.
Finalmente, recuerda tratarte como tratarías a un niño pequeño, recriminándolo con justicia para que pueda crecer pero recompensándolo por todo lo que hace bien.
Fuente:
Brown, H. (2012, Abril) The Boom and Bust Ego. En: Psychology Today.
Carmen Garrido dice
Un artículo muy interesante que propicia el debate.
No me gusta demasiado la frase sobre el autocontrol y la autodisciplina; prefiero gestión y automotivación.
El resto de ideas son novedosas y aportan nuevos puntos de vista.
Enhorabuena
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Carmen,
Gracias por exponernos tu punto de vista. Sin lugar a dudas la frase de Baumeister es un tanto extremista y ha sido usada solo para reforzar la idea que estaba intentando transmitir.
Particularmente, no me gusta la palabra "gestión" porque proviene del vocabulario industrial aunque en los últimos años la Psicología ha intentado hacerla suya.
En lo que respecta a la palabra "automotivación" que va muy de moda en los últimos tiempos, prefiero hablar de "motivación" a duras y a secas. Y luego, realizar una distinción entre los factores extrínsecos e intrínsecos de la motivación.
A veces soy demasiado purista en el uso de los términos psicológicos. Mea culpa 🙂
Pero creo que más allá de las disquisiciones terminológicas, la idea que deseaba transmitir es que en ocasiones sobrevaloramos el rol de la autoestima para lograr nuestras metas e incluso, en ciertas ocasiones, puede actuar como una barrera que nos hemos impuesto nosotros mismos.
PsiCOCologia dice
Me gustan mucho tus entradas Jennifer.a veces cuando entras en Blogs o paginas de psicólogos te echas las manos a la cabeza, pero aquí siempre sé que hay rigurosidad en lo que dices.
En relación al artículo, estoy de acuerdo. A pesar de las numerosas definiciones y modelos que intentan explicar conceptos cono autoestima, autoconcepto, o autoeficacia, no dejan de ser si no un cajón de sastre donde todo vale y por tanto no queda clara su implicación en determinados comportamientos o estados psicológicos. Por eso a mí, particularmente me gusta, como comentais, hablar en términos de motivación y sobre todo de optimismo. Aunque es evidente estas variables no podrían formarse si no hay unas experiencias previas que determinen un amor propio, a lo que se ha denominado autoestima.
Así que, todo el mundo a ser optimistas! Un saludo y enhorabuena.
Guillermo dice
Hay varios psicólogos que piensan que la autoestima es una entelequia muy abstracta y que no están convencidos de que realmente exista y otros al contrario le dan mucha importancia y lo catalogan como un pilar o elemento de nuestra felicidad y bienestar. ¿Realmente existe o no la autoestima? Yo creo que la autoestima es más bien como valoras tu vida y a ti mismo, por ejemplo una persona que tenga pocos amigos, este en paro y se sienta poco atractivo tendrá una baja autoestima y por ende estará menos motivado a relizar acciones para cambiar y lograr objetivos.
Jennifer Delgado Suarez dice
Particularmente, cuando cursé la carrera apenas escuché hablar de autoestima. Normalmente se prefieren términos como autovaloración, percepción de sí mismo…
Y es que en la actualidad la autoestima se ha convertido en un gran saco donde todo cabe pero que muy pocos saben a ciencia cierta qué contiene.
Solo para precisar, comprendo la autoestima como los sentimientos que experimentamos hacia nosotros mismos. El mecanismo mediante el cual se construye sería bastante sencillo: tenemos una percepción de nostros mismos (nuestras capacidades, habilidades, actitudes…) y, en base a ella, nos valoramos. Esta valoración da lugar a los sentimientos más o menos negativos que experimentamos hacia nuestra persona y es entonces que hablamos de autoestima.
Como se puede presuponer, no podemos simplemente decidir que nos vamos a "amar más", es necesario trabajar en la percepción que tenemos de nosotros y en la valoración que hemos hecho. Por eso afirmo que la autoestima no es la clave sino tan solo una pieza de un engranaje más complejo.
Mercedes HVdP dice
Hola jennifer,
muy interesante el artículo, aunque desde mi punto de vista, autoestima y autodisciplina no están reñidas, sino que se retroalimentan, entendiendo autoestima como el aceptarnos y gustarnos tal y como somos, con nuestras áreas fuertes y de mejora (tanta falta de estima muestra quien necesita mostrar su superioridad constantemente y, por lo tanto el reconocimiento externo, como el que lo hace minusvalorándose).
Es más, visto de esta forma, la base de la autodisciplina y motivación vendría de una autoestima saludable, pues al aceptar lo que somos y las áreas de mejora, nos predispone a superarlas, rectificando cuando es necesario, valorando a los demás o pidiendo consejo cuando lo necesitamos…
Por lo demás, 100% de acuerdo con lo que comentas, que una autoestima saludable es la base para ser feliz (entendiendo felicidad como ver como un reto la superación de aquellos momentos menos propicios).
Saludos y lo dicho, enhorabuena, muy interesante tu artículo.
Jennifer Delgado Suarez dice
Mercedes,
Muchas gracias por tu acotación, es muy interesante. Sin embargo, creo que cuando Baumeister afirmaba: “olvídese de la autoestima y concentrarse más en el autocontrol y la autodisciplina” no quería decir que estos conceptos estuviesen desligados. De hecho, todos sabemos que en el ámbito psicológico, todo guarda relación entre sí. Incluso el estilo de aprendizaje o la metacognifición están relacionados con la autoestima.
Creo que este autor lo que intenta es "liberar" a las personas de la carga que representa ponerse un objetivo y no poder cumplirlo.
Es más fácil decir que a partir de mañana seremos más disciplinados y cumplirlo que amarnos a nosotros mismos. Obviamente, una cosa llevará a la otra porque probablemente mientras más autocontrol y disciplina tengas, más logros conseguirás y así aprenderás a amarte y apreciarte.