Nada nos garantice la felicidad. No hay nada parecido a una garantía al 100%, pero cultivar algunas características de personalidad podría ayudarnos a sentirnos más felices y realizados a lo largo de la vida ya que nos permiten adoptar la actitud adecuada, esa que nos ayudan a poner buena cara al mal tiempo.
La clave de la felicidad radica en la autogestión emocional
La personalidad es uno de los indicadores más fuertes de la satisfacción global y específica que experimentamos en la vida. Psicólogos de la Universidad de Tilburg se preguntaron si determinados rasgos personológicos determinan la felicidad que experimentamos a medida que avanzamos en el calendario.
Para ello, reclutaron a casi mil personas con edades comprendidas entre los 16 y 95 años. Les dieron seguimiento durante 11 años analizando cómo cambiaba su personalidad y el nivel de felicidad y satisfacción con la vida. Así descubrieron que la estabilidad emocional es el rasgo que mejor puede predecir la felicidad en cualquier momento vital.
¿Qué es la estabilidad emocional?
La estabilidad emocional es la capacidad para gestionar las emociones de forma positiva, de manera que no afecten su día a día y desempeño, manteniendo el equilibrio mental incluso en la adversidad. En práctica, implica impedir que las emociones intensas, desde la ira hasta la euforia, tomen el mando.
La persona estable emocionalmente experimenta sentimientos y afectos negativos, pero es capaz de gestionarlos sin que estos lleguen a abrumarla o la conduzcan a tomar malas decisiones. Puede afrontar las situaciones más complicadas de una manera más satisfactoria y equilibrada.
La estabilidad emocional implica mantener la calma, no perder los estribos o la paciencia, de manera que la persona no se limita a reaccionar ante los problemas, sino que puede decidir cómo actuar manteniendo la ecuanimidad.
¿Por qué la estabilidad emocional es clave para la felicidad?
La estabilidad emocional es lo opuesto al neuroticismo, que no solo implica un estado de inestabilidad emocional sino también de inseguridad, por lo que a menudo se acompaña de un nivel elevado de ansiedad, así como un estado continuo de preocupación y tensión.
Por tanto, no es difícil comprender que mantenerse positivos y gestionar adecuadamente las emociones nos permite gestionar las situaciones estresantes y adversas de manera más eficaz, lo cual terminará aumentando nuestra sensación de bienestar y felicidad.
De hecho, la estabilidad emocional es esencial a la hora de afrontar los acontecimientos. Las personas con tendencia al neuroticismo suelen interpretar las situaciones de manera negativa, se enfocan en lo malo y piensan en las catástrofes que pueden ocurrir, por lo que terminan generando un mayor nivel de estrés, ansiedad o frustración o incluso pueden quedarse paralizados, sin movilizar los recursos necesarios para resolver el problema. Eso, obviamente, agudiza el impacto de las situaciones negativas y en muchas ocasiones las prorroga, lo cual termina afectando el bienestar y le cierra el camino a la felicidad.
En cambio, la estabilidademocional proporciona a la persona una mayor capacidad para lidiar con las situaciones negativas. La ayuda a ver los aspectos positivos o las posibles ventajas, además de motivarla a actuar para salir del problema yconseguir el cambio. Por tanto, es una característica que nos ayuda a mantenernos fuertes en medio de la tormenta y acelera su curso en la medida de lo posible. No solo protege nuestra salud mental, sino que nos ayuda a sentirnos más felices y satisfechos con la vida.
Afortunadamente, otro resultado curioso de la investigación es que la estabilidad emocional suele aumentar a lo largo de la vida. Eso significa que no todo está perdido. Podemos aprender a gestionar nuestros sentimientos de manera más adaptativa para alcanzar esa felicidad que muchas veces parece tan elusiva, simplemente porque estamos buscando en el lugar equivocado.
Fuente:
Olaru, G., van Scheppingen, M. A., Bleidorn, W., & Denissen, J. J. A. (2023). The link between personality, global, and domain-specific satisfaction across the adult lifespan. Journal of Personality and Social Psychology.
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