¿Quién no se ha equivocado nunca mientras hablaba y ha confundido una palabra por otra? ¿Se trata solo de un error o ese lapsus verbal indica algo más profundo a nivel psicológico? ¿Se trata quizá de un mensaje del inconsciente?Se estima que por cada 1.000 palabras dichas, cometemos uno o dos errores. Si tenemos en cuenta que el ritmo medio de expresión es de 150 palabras por minuto, se produciría un error cada siete minutos de conversación continua. Por ende, la mayoría de nosotros cometemos entre 7 y 22 errores verbales cada día, aunque a veces no nos damos cuenta de algunos de ellos.
¿Por qué se producen los lapsus verbales?
En 1901 Sigmund Freud acuñó esas «metidas de pata» con el nombre impronunciable de “fehlleistungen” (en español sería actos erróneos). Freud consideraba que se trataba de un pensamiento, necesidad o deseo inconsciente que se revelaba de esta forma, a través del discurso.
Así, el lapsus freudiano se invoca para explicar un comportamiento extraño y vergonzoso desde el punto de vista social, como por ejemplo, cuando un hombre saluda a la esposa de su anfitrión diciéndole: “encantado de vencer” porque realmente siente una atracción sexual por esta mujer y desearía predominar sobre el esposo.
Freud también cuenta otro ejemplo en el que uno de sus pacientes, estresado por sus dificultades económicas, intentó negarse a seguir tomando el medicamento diciendo: «Por favor, no me dé más recibos porque no puedo tragarlos«. Obviamente, este tipo de errores no son casuales sino una expresión de una necesidad latente.
No obstante, un contemporáneo de Freud, Rudolf Meringer, brindó una explicación mucho menos “excitante” para estos deslices. Según este filólogo, los errores lingüísticos serían simplemente unas cáscaras de banana en el camino de la oración, sencillos cambios accidentales de las unidades lingüísticas, ni más ni menos.
La investigación moderna ha retomado este tema pero desde una perspectiva diferente. Gary Dell, profesor de lingüística y la psicología en la Universidad de Illinois, sostiene que los lapsus linguae son la muestra de la capacidad de una persona para usar el lenguaje y sus componentes.
En su opinión, los conceptos, palabras y sonidos están interconectados en el cerebro a través de tres redes: léxico, semántico y fonológico. Y el habla surge de la interacción de las mismas. Pero de vez en cuando estas redes, que operan a través de un proceso que él denominó «propagación de la activación,» viajan a saltos. Como consecuencia, el resultado puede ser un lapsus o un error al hablar.
Por ejemplo, imaginemos que queremos decir la palabra “cultivar”. En este momento nuestra mente activa una red semántica que está compuesta por, nada menos y nada más, que unas 30.000 palabras. En este punto, también se ponen en marcha todos los significados relacionados con la palabra cultivar e incluso nuestras experiencias personales con ese término.
Por si fuera poco, nuestra red fonológica debe activarse para buscar los sonidos adecuados para pronunciar la palabra. Y todo no termina ahí, también debemos buscar la correspondencia gramatical para que la palabra se escuche adecuadamente dentro de la oración. Como podrás imaginar, es muy fácil que nuestro cerebro se confunda. Lo extraño sería que no lo hiciera.
Por eso, en ocasiones solo llegamos a pronunciar las primeras sílabas de la palabra errónea ya que inmediatamente nos damos cuenta del equívoco y lo solucionamos. Por supuesto, será mucho más fácil confundir las palabras con un sonido similar, como por ejemplo: hospitalidad con hostilidad o insinuar con incinerar. Así, la mayoría de los lapsus verbales no son sino cáscaras de bananas producidas por una “sobrecarga” del cerebro.
¡Pero otros no lo son!
¿Qué esconden los errores al hablar?
Algunos errores al hablar pueden estar provocados por la incidencia de los significados. Por ejemplo, cuando pensamos en el nombre de una persona, inmediatamente acuden a nuestra mente las vivencias relacionadas con esta. De esta forma, esas experiencias o deseos podrían ser los causantes del error. En fin, serían lapsus verbales provocados por los pensamientos intrusivos.
El problema radica en que mientras más nos esforzamos por suprimir estos pensamientos, más frecuentes se vuelven y, por ende, no es raro que terminen manifestándose a través de errores lingüísticos. Por supuesto, mientras más distraídos estemos, más errores cometeremos.
Esto lo demuestra un curioso experimento desarrollado en la Universidad de California en la cual los psicólogos le pidieron a hombres heterosexuales que hablaran sobre sus profesiones delante de una mujer vestida de forma provocativa. Se apreció que estos hombres cometían más lapsus de contenido sexual que quienes habían sido entrevistados por otro hombre. Esto se debe a que nuestro cerebro tiene una capacidad atencional limitada y no puede controlar tantos procesos a la vez.
Para evitar estos errores hay una solución bastante sencilla: hablar lentamente para pensar qué vamos a decir.
Fuente:
Pincott, J. (2012, Marzo) Slips of the tongue. En: Psychology Today.
Anónimo dice
O simplemente cuando estas nerviosa, a mi me suele pasar siempre que me confundo o cuando leo muy rapido tambien leo mal algunas palabras y digo otras parecidas… O cuando estas distraida tambien respondes cosas que nada tienen que ver con las preguntas.
Donna
Jennifer Delgado Suarez dice
Donna,
Gracias por la puntualización. Claro, cuando estamos nerviosos es muy común que confundamos las palabras. No obstante, lo interesante no es el equívoco en sí sino por qué al equivocarnos decimos una palabra y no otra.
Anónimo dice
Hola Jennifer. Felicidades por tu blog.
Tengo una duda en esto de los lapsus. Tengo un amigo que continuamente se refiere a ellos como ellas, ella como el o viceversa. Incluso se refiere a sí mismo en femenino. Le sucede mucho y me llama mucho la atención. Que puede ser?
Jennifer Delgado Suarez dice
Lo más lógico sería pensar en una dificultad para identificarse con su sexo. No obstante, puntualizo que no soy psicoanalista y los lapsus se deben comprender en un contexto; es decir, conociendo a la persona y explorando sus vivencias.
Isabel dice
Hola, me llama la atención algo, tengo un amigo que se llama Manuel y yo Isabel. el asunto es que la gente con la que trabajamos, cuando lo llaman le cambian el nombre, Imanuel, después se corrigen, pero me incomoda. Pienso que lo ven muy amigo mio, pero es raro. No sé si es intencional o un error.
Saludos
Jennifer Delgado Suarez dice
Isabel,
Lo más probable es que se trate de una simple equivocación. Como de seguro los ven tan implicados, cuando le ven a él, no pueden evitar pensar en ti y ahí surge el error.
Creo que es un detalle sin importancia por el cual no te deberías preocupar demasiado 🙂
laura bocage dice
A mi marido le esta pasando algo hace tiempo, y es que confunde palabras cuando habla; pero no por palabras que suenan similar, sino por palabras de la misma familia, asociadas. Por ejemplo, "pasame el tenedor" en vez de cuchara, o sabana en lugar de toalla, o ventana en lugar de puerta, vaso en lugar de taza, etc. Que podra ser?
Jennifer Delgado dice
Laura,
Las causas pueden ser múltiples, desde neurológicas hasta un simple despiste debido a un aumento del estrés en los últimos tiempos o a dificultades para concentrarse.
Dinorah Monascal dice
Hola Jennifer, excelente información, pero ¿esta utilización errónea de palabras, recibe algún nombre específico o el genérico "lapsus"?.
Mil gracias de antemano
Jennifer Delgado dice
Hola Dinorah,
Hasta donde sé, en Psicología se les denomina "lapsus linguae", para hacer referencia al fenómeno de equivocarnos en las palabras.
Semhuhor dice
Ingresé a la pag. buscando experiencias similares a la mía, ya que mi esposa está, últimamente equivocando reiteradamente las palabras, pero no son palabras afines y me preocupa mucho su estado, Creo que puede ser stress o simple fatiga mental, pero no soy experto, además, me preocupa que pueda ser evidencia de Alzaimer, en etapa de inicio. Hace unos cinco años atrás, tuvo una experiencia de sonambulismo (extremo),ya que salio de casa tipo tres a.m. y fue encontrada en un vecindario vecino, a cuatro cuadras de nuestro domicilio. Es reticente a visitar un especialista, por eso esperaba encontrar algo que me sirviera, ojalá obtenga alguna respuesta profesional.
Jennifer Delgado dice
Hola,
Es prácticamente imposible realizar un diagnóstico sin ver a la persona y hacerle algunas pruebas. No obstante, equivocarse al hablar suele ser más signo de fatiga mental y estrés, mientras que los olvidos y despistes son el signo más característico de las demencias. Aún así, si la situación continúa, es imprescindible que acuda a un especialista.
Creative Bed dice
Hola, acabo de encontrar el artículo puesto que me mata la duda, todo empezó hace un año, caí en coma etílico y al despertar todo parecía estar bien, con el tiempo me di cuenta que mientras hablaba con una persona, sin importar cuanta atención prestase, al momento de tener que dar una respuesta olvidaba el tópico que se trataba, olvidaba un aproximado de 15 segundos de la charla y no podía dar respuesta. Conforme avanzaron los meses el tiempo fue aumentando y a la fecha pueden ser hasta 2 minutos los que olvido y borro, junto con esto vino una confusión de palabras al hablar, por ejemplo: yo quería decir "ya puedes salir" según mi raziocinio pero terminaba diciendo "entrar" pero era consciente del error y lo remendaba, me suele pasar con antónimos. Tambien note que empezaba a arrastrar la lengua al hablar y junto con eso revolvia la pronunciación de una palabra, por ejemplo: "verdaderamente" pensaba y terminaba pronunciando "vardermente".
Mis dudas son si todo lo que me pasa son secuelas de la caída (mi cabeza no fue golpeada) y coma o es causado por otra razón?
Jennifer Delgado dice
Es difícil precisar la causa, pero te recomiendo que visites a un neurólogo, este te hará las pruebas neuropsicológicas necesarias para saber si existe algún problema de base y, si es así, es probable que te indique algún tipo de rehabilitación neuropsicológica.
Edith dice
Hola mi nombre es Edith, ami nunca me había pasado pero hace 3 días me empiezo a equivocar en lo que voy a decir , el otro día dije “el nieto de la sobrina “ por decir el nieto de la vecina “ eso fue lo más raro que pude aver dicho , no se si sea malo o solo raro pero si pudieras responderme esa duda y dime
que puedo hacer ya tengo tres dias que por lo menos eso me pasa una vez . Gracias
Jennifer Delgado dice
Hola Edith,
Es difícil saber con precisión a qué se debe ya que ello demandaría un profundo trabajo psicológico. En algunos casos los lapsus verbales pueden deberse a simples despistes y no hay que darles más vueltas, sobre todo si últimamente andas preocupada o con la mente en otra parte. En otros casos pueden ser la expresión de un conflicto latente que intenta llamar tu atención.
alchidez dice
una consulta hace 3 dias estabamoss conversando con mi amiga y me dijo :»eres mi obsesion» pense que fue un lapsus incosciente asi lo tome de la nada me dijo cuando me saludo en horas de la mañana ,trabajamos juntos en un area.
Jennifer Delgado dice
A veces no hay que buscar segundas intenciones a los lapsus ya que son simplemente errores. En cualquier caso, el tiempo suele clarificar todo y despeja las dudas.
ANÓNIMUS dice
Doctora Jennifer, hace poco conocí a una persona, cuando salí con ella se confundía mucho al hablar, pero cuando hablamos por celular es totalmente diferente pues no comete estos errores.
Jennifer Delgado dice
Los lapsus verbales pueden deberse al nerviosismo, por eso podrían ser más frecuentes cara a cara que a través de una conversación telefónica, en la que la distancia nos tranquiliza.
Maricielo dice
Doctora jennifer.. Me pasa que aveces suelo decir las cosas al revés como cuando quiero decir: te conté lo que soñé hoy? Y termino diciendo : te soñé lo que conté hoy? Es gracioso pero quisiera saber si es algún problema
Eli dice
Hola, también me pasa lo mismo. Por ejemplo, quiero decir una frase y se me mezclan dos diferentes así: Duérmete tú y Andate a dormir, termino diciendo: Duérmete a dormir xD. Me está preocupando por que me pasa algunas veces.
Jennifer Delgado dice
Maricielo,
En principio no debería ser ningún problema. A veces nos pasa por el estrés, porque tenemos la mente en otro sitio o no prestamos mucha atención. En cualquier caso, si te sigue ocurriendo y te preocupa, es conveniente visitar a un neuropsicólogo.
Yehudy dice
Yo aveces uiero decir algo y digo otra cosa aunque mi cerebro sabe lo que quiero decir a la hora de decirlo digo otra cosa, tengo pensado decir cierre la ventana, pero a la hora de decirlo digo cierre la cobija un breve ejemplo
Ana dice
Hola cuento mi historia me llama la atención q a veces cuando hablo confundo los artículos… A veces también palabras… E tratado de hablar mas lento, tratando de evitar este inconveniente pero nose el xq lo hago ayudaaa
Jountony dice
Hola buenos días, antes me pasaba pero no muy seguido pero en éste último mes me pasa muy frecuente de que confundo las palabras por otras en las oraciones, por ejemplo: «me puedes pasar los zapatos» por «me puedes pasa la lechuga»; o sea son dos cosas distintas con palabras distintas. También me pasa que leo mal algunas palabras u oraciones, cuando voy en el bus y veo algún letrero, anuncio, etc. leo por inercia lo que está escrito pero mal con palabras parecidas, ejemplo: «descuento en electrónica» por «descuello en electrónica». A veces también me pasan algunos despistes como que no reconozco muy bien x lugar o artículo. Antes me pasaba pero muy a la larga, pero hoy son como 4 veces al mes, es como si anduviera sonámbulo y me dura unos segundos. Otra cosa que también me pasa es que confundo los nombres de las personas o no me acuerdo en el instante de que las veo al igual que el nombre de algún objeto y pues la verdad me está preocupando mucho.
Nota: cuando era niño me dió fiebre que deliraba por la misma de lo fuerte que me dió, parte de que sufro de la ansiedad y antes ayunaba mucho.
Jennifer Delgado dice
Te recomiendo someterte a una prueba neuropsicológica que evalúe tus funciones cognitivas o acudir al neurólogo para descartar cualquier problema físico de base, aunque ese tipo de problemas también pueden tener causas psicológicas, como un gran estrés.