El estrés forma parte de la vida y, aunque a menudo hacemos todo lo posible por escaparnos de sus redes, no siempre lo logramos. De hecho, a menudo llega sigilosamente disfrazado de mil maneras diferentes: un plazo de entrega ajustado en un proyecto de trabajo, una conversación difícil con una persona significativa o simplemente el peso la rutina cotidiana.
Sin embargo, hay un momento del día en el que somos particularmente vulnerables al estrés. Y ese instante se produce alrededor de las 8:15 de la mañana. ¿Por qué?
El peso del agobio matutino
Una encuesta realizada a 2.000 adultos del Reino Unido, descubrió que el 35 % se estresa mucho durante las primeras horas del día. ¿La razón?
No solo tenemos la jornada laboral por delante y todas las obligaciones añadidas o compromisos adoptados, sino que también sucumbimos a la presión de llegar a tiempo al trabajo. Tener que preparar a los niños añade aún más tensión al escenario.
No solo hay que despertarlos, prepararles el desayuno y vestirlos, sino también lidiar con su típico malhumor matutino y lograr todo eso en un tiempo récord para dejarlos en el colegio en hora. A eso se le suma que debemos elegir la ropa, preparar nuestras cosas para la jornada y probablemente también buscar las llaves perdidas.
La encuesta señala que, en un momento del día en el que cada segundo cuenta, solemos perder 20 minutos y 28 segundos para superar todos esos desafíos y tribulaciones matutinas. Por tanto, no es extraño que el 51% de las personas encuestadas confesara sentirse agobiada a menudo y el 47 % afirmó qué está más ocupado ahora que como nunca antes en su vida.
Sin embargo, no es la única encuesta que ha llegado a esta conclusión. Un análisis anterior había revelado que el primer drama del día suele producirse sobre las 8:18 de la mañana. Entre las principales causas se encuentran quedarnos dormidos, quemar el desayuno o derramar algo sobre la ropa cuando ya estábamos casi listos para salir de casa.
Y es que cuando tenemos los nervios a flor de piel y los minutos contados, cualquier contratiempo se convierte en un problema que dispara el nivel de estrés hasta las nubes.
La biología no nos ayuda
Todo lo que debemos hacer en las mañanas, en un periodo de tiempo tan concentrado y contrarreloj, puede llegar a ser particularmente agobiante. Y si a eso se le suma un día complicado por delante, el estrés campa a sus anchas.
Sin embargo, también hay una explicación biológica a la ansiedad que muchos experimentamos por las mañanas. El cortisol, la hormona del estrés por excelencia, varía a lo largo de la jornada, pero experimenta un pico durante el día, específicamente por la mañana.
Los estudios científicos han descubierto que, en entornos controlados, las concentraciones de cortisol aumentan del 50 al 160% durante los primeros 30 minutos después de despertarnos. Se hipotetiza que ese aumento del cortisol es una reacción normal del hipocampo, que está preparando el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal para enfrentar el estrés anticipado de la jornada.
¿Cómo reducir el estrés matutino?
- Prepara todo lo posible la noche anterior. Elige la ropa, pide a tus hijos que preparen sus mochilas y deja medio listo el desayuno. Adelanta todo lo que puedas durante la noche, de manera que puedas reducir el número de tareas por la mañana.
- Sigue una rutina. Las rutinas evitan que tengas que tomar decisiones a cada paso, por lo que restarán una gran cantidad de tensión a las mañanas. Optimiza todas las tareas matutinas, de manera que cada miembro de la familia pueda hacerlas en piloto automático. Incluso puedes hacer una lista de verificación para asegurarte de que, cuando sales por la puerta, no olvidáis nada.
- Levántate un poco antes. Sí, al inicio cuesta, pero la tranquilidad que tendrás con esos minutos adicionales compensa con creces. Podrás ducharte tranquilamente, hacer 5 minutos de mindfulness o prepararte el desayuno con calma. Así empezarás la jornada con buen pie.
- Delega. Asigna tareas a tus hijos apropiadas para su edad, como tender la cama, vestirse solos o dejar los platos en el fregadero. No solo estarás enseñándoles a ser más responsables, sino que también aligerarás tu carga y todos saldrán ganando ya que habrá menos estrés matutino en el ambiente.
Con estos sencillos pasos podrás tener más control sobre la jornada, en vez de sentir que todo se agolpa y que no llegarás a tiempo.
Referencia Bibliográfica:
Clow, A. et. Al. (2004) The awakening cortisol response: methodological issues and significance. Stress; 7(1):29-37.
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