En los últimos años han surgidos muchos gurús del Crecimiento Personal que abogan por el pensamiento positivo. Muchos de ellos afirman que si pensamos en positivo podremos lograr la mayoría de nuestros objetivos. Obviamente, la idea es muy tentadora pero, lamentablemente, es tan solo una parte de la verdad.
Es cierto que una actitud positiva nos ayudará a enfrentar los desafíos estando más motivados pero eso no es suficiente para lograr nuestros objetivos. Por otra parte, se ha demostrado que nuestro inconsciente se resiste a aceptar el cambio de algunos pensamientos negativos por otros positivos. Es obvio que nuestro cerebro no es tan fácil de engañar y que las creencias negativas que hemos mantenido a lo largo de varios años, no se pueden cambiar simplemente poniendo en su lugar ideas contrarias y positivas.
De hecho, ahora un estudio muy interesante vuelve a poner en tela de juicio el pensamiento positivo analizando su impacto sobre el cerebro. Según esta investigación, a algunas personas no solo les resulta difícil pensar en positivo sino que incluso este cambio puede llegar a ser dañino.
¿Cómo llegaron a estas conclusiones?
Los investigadores de la Universidad de Michigan examinaron una serie de marcadores neurales, tanto para los pensamientos positivos como para los negativos. Reclutaron a 71 mujeres, a las cuales les pidieron que vieran una serie de imágenes que generaban tensión y les pidieron que las pusieran en una perspectiva positiva.
Vale aclarar que se apostó por incluir solo a las mujeres en el estudio porque estas son más propensas a sufrir de depresión y ansiedad. Un ejemplo de las imágenes que se usaron para generar distrés era el de una mujer sostenida por un hombre con una máscara que apuntaba un cuchillo a su cuello.
Como cabría esperar, las personas que estaban acostumbradas a pensar en positivo encontraron que la tarea era mucho más fácil. En este grupo se apreció una disminución de las ondas que el cerebro emite cuando nos preocupamos, lo cual evidencia que, en su caso, el pensamiento positivo funciona.
Sin embargo, en el grupo de personas que solían preocuparse y tener pensamientos negativos los resultados fueron bastante diferente. En ellas se apreció un efecto paradójico mientras su cerebro intentaba poner en positivo las emociones negativas que estaban experimentando. Además, no solo les resultaba muy difícil darles un giro positivo sino que se evidenciaba un empeoramiento de las emociones negativas.
Esto significa que para las personas pesimistas, pensar en positivo no solo es difícil sino que incluso puede ser dañino ya que empeoraría su malestar. Por supuesto, no se trata de dejar que continúen con sus creencias negativas pero se debe adoptar un enfoque más cauto.
Por ejemplo, a una persona que siempre ha pensado “no valgo para nada”, podría ser contraproducente aconsejarle que se repita una y otra vez: “soy valioso”. En su lugar, sería mejor enfocarse en el proyecto que tiene que emprender y que piense “voy a dar lo mejor de mí en este proyecto”. Se trata de una afirmación mucho más fácil de aceptar por su mente inconsciente.
Fuente:
Moser, J. S. et. Al., (2014) Neural markers of positive reappraisal and their associations with trait reappraisal and worry. Journal of Abnormal Psychology; 123(1): 91-105.
Josu Rodríguez dice
Hola Jennifer,
Llevo un tiempo leyendo este blog (bastante bueno, por cierto) a raíz de que un amigo me recomendó uno de tus libros, que aún no he tenido tiempo de adquirir y leer.
Me he fijado en que mencionas en bastantes ocasiones el problema de las creencias irracionales, sin embargo he buscado en el blog y no he encontrado ninguna explicación de esta teoría. En estos momentos me hallo leyendo "Una nueva guía para una vida racional", de Albert Ellis, y creo que sería interesante explicar el modelo ABC (simplificado, claro) aquí, no sé si estarás de acuerdo con el planteamiento pero personalmente me ha ayudado a corregir algunos pensamientos incorrectos.
Un saludo.
Patricia Galaviz dice
Hola!. Estoy cursando la formación propedéutica de la carrera de psicología en la UNAM y una de las actividades es justamente participar en un blog como el tuyo.
Te comento que he tenido contacto con una corriente de medicina integrativa que sostiene justamente que es el inconsciente quien nos lleva a realizar acciones que manifiestan, a la luz de la psicología, desajustes o incongruencias emocionales o psíquicas y que a final de cuentas llevan al individuo a transitar una vida llena de culpas y justificaciones que impiden vivir plenamente.
Se comenta que en primer término se debe trabajar sobre la causa del pensamiento negativo, y hacer conciencia sobre ese pensamiento profundo que mantiene secuestrado el optimismo.
Jennifer Delgado dice
Hola Josu,
Las creencias irracionales a las que hago referencia se basan, esencialmente, en las ideas irracionales que propone Ellis.
Jennifer Delgado dice
Hola Patricia,
En la Psicología hay diferentes corrientes y no soy partidaria de que todos los problemas surgen del inconsciente.
No obstante, es cierto que en muchos casos se deben trabajar los pensamientos negativos que la persona viene arrastrando. Sin embargo, como comento al final del artículo, existen diferentes maneras de trabajar con las ideas negativas.
Josu Rodríguez dice
Hola Jennifer, siendo así y desde mi humilde punto de vista (estudio cosas relativas a la psicología en mi tiempo libre, así que tampoco sé demasiado) creo que sería interesante explicar la teoría que hay detrás de todo ello.
Sé que el enfoque del blog es más orientado a casos prácticos, anécdotas y demás, con lo que quizá estuviese algo fuera de lugar explicar una teoría así. Sin embargo también diría que tiene un fuerte contenido práctico detrás, he hablado con más de un conocido sobre esto y nadie era consciente de lo mucho que nuestras creencias pueden influir en cómo nos afectan diversos hechos.
Un saludo y gracias por la respuesta!
Jennifer Delgado dice
Josu,
En efecto, en el blog no pretendo teorizar demasiado. El tema de las creencias lo abordo con más profundidad en el libro La muerte del caballo alado.
No obstante, quizás en un futuro me decida a tocar el tema de manera más profunda en un artículo 🙂