El trastorno esquizotípico de la personalidad se caracteriza por las graves dificultades para establecer y mantener una relación estrecha con los demás, lo cual genera un malestar significativo. Además, por lo general la persona también sufre distorsiones cognitivas o perceptivas y muestra comportamientos muy excéntricos. Se estima que este problema afecta al menos al 3% de la población.
Las personas con un trastorno esquizotípico de la personalidad a menudo tienen ideas de referencia, por ejemplo, interpretan erróneamente los incidentes casuales confiriéndoles un significado especial e inusual que va a apoyar algunas de sus creencias. Pueden ser extraordinariamente supersticiosas o se preocupan demasiado por los fenómenos paranormales.
Lo curioso es que las personas que sufren un trastorno esquizotípico de la personalidad a menudo no buscan tratamiento para su problema ya que no son conscientes de este, sino para los síntomas asociados, como la ansiedad y la depresión, entonces es cuando se realiza el diagnóstico.
Los síntomas del trastorno esquizotípico de la personalidad
Este trastorno se caracteriza por un patrón de déficit sociales e interpersonales marcado por un malestar agudo con cierta incapacidad para mantener relaciones cercanas. También se aprecian distorsiones y excentricidades cognitivas o perceptuales.
- Ideas de referencia
- Creencias extrañas o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y es incompatible con las normas de su cultura (por ejemplo, estas personas suelen creer en la clarividencia, telepatía o el «sexto sentido». En niños y adolescentes se aprecian fantasías o preocupaciones extrañas).
- Experiencias perceptuales inusuales, incluyendo ilusiones corporales
- Pensamiento y lenguaje extraños (su comunicación puede parecer vaga, circunstancial, metafórica, muy recargada o estereotipada)
- Desconfianza o ideación paranoide
- Comportamiento o apariencia extraños, excéntricos o peculiares
- Falta de amigos cercanos o confidentes que no sean familiares de primer grado
- Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad y tiende a asociarse con los temores paranoides más que con los juicios negativos sobre uno mismo
Vale puntualizar que, al igual que el resto de los trastornos de la personalidad, la persona debe tener al menos 18 años para ser diagnosticada. Además, este problema suele disminuir su intensidad con el paso del tiempo, si bien se ha reportado que muchas personas experimentan los síntomas más extremos entre los 40 y 50 años.
¿Cuáles son las causas del trastorno esquizotípico de la personalidad?
Los investigadores no saben a ciencia cierta qué causa el trastorno esquizotípico de la personalidad. No obstante, existen muchas teorías sobre sus posibles causas, aunque la mayoría de los psicólogos ha apostado por el modelo biopsicosocial de la causalidad; es decir, se debe a una conjugación de factores biológicos y genéticos, sociales (por ejemplo, la forma en que la persona interactúa en su desarrollo temprano con sus familiares y amigos y otros niños), y psicológicos (el temperamento y las habilidades para lidiar con el estrés).
Esto sugiere que no existe un único factor responsable sino que el trastorno esquizotípico de la personalidad tiene una naturaleza compleja y multifactorial. Sin embargo, los estudios también señalan que si una persona tiene este trastorno, existe el riesgo de que sus hijos también lo desarrollen.
¿Cuál es el tratamiento del trastorno esquizotípico de la personalidad?
Al igual que con la mayoría de los trastornos de la personalidad, el principal tratamiento es la psicoterapia. Las personas que sufren este trastorno por lo general distorsionan la realidad por lo que es importante ayudarles a tener una visión más objetiva. No obstante, tal y como sucede con el trastorno delirante y el trastorno paranoide de la personalidad, el psicólogo debe tener cuidado en la terapia ya que no se debe desafiar directamente las ideas delirantes o inapropiadas.
Lo ideal es crear un ambiente acogedor, de apoyo y centrado en la persona. Debemos considerar que normalmente esta persona carece de un sistema de apoyo social adecuado ya que por lo general evita la mayoría de las interacciones sociales a causa de su ansiedad social extrema. Por tanto, a menudo reporta sentimientos de ser «diferente» y no «encajar» con los demás, casi siempre esto sucede debido a su pensamiento mágico o al autoengaño.
Obviamente, no existe una solución simple, si bien la terapia suele hacer hincapié en el aprendizaje de los fundamentos de las relaciones sociales y las interacciones. A medida que la persona progresa, se recomienda la terapia de grupo.
No obstante, los grupos de apoyo que suelen ser muy eficaces en las personas con adicciones, no son la alternativa más adecuada si la persona con trastorno esquizotípico de la personalidad antes no ha pasado por una terapia individual ya que a menudo se muestra demasiado desconfiada y suspicaz como para poder aprovechar el apoyo que ofrece el grupo. Por consiguiente, saltarse ese paso suele crear una dinámica perjudicial para sí mismo y el resto de las personas.
En algunos casos también se puede prescribir medicación, casi siempre cuando la persona pasa por una de las fases más agudas. Estas fases pueden manifestarse en épocas de estrés o cuando la persona tiene que enfrentar eventos extremos. La buena noticia es que generalmente esas crisis tienen un carácter transitorio por lo que la medicación no es para toda la vida.
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