En algún momento todos hemos soñado con tener más agilidad mental, mejorar nuestra memoria o aguzar nuestra atención. Los nootrópicos nos prometen algunos de esos beneficios psicológicos, por lo que no es extraño que su consumo haya crecido en los últimos años.
Aproximadamente el 15% de las personas han recurrido a estos potenciadores cognitivos al menos una vez en el último año, según los estudios. Entre los estudiantes universitarios, su consumo es aún mayor: aproximadamente un tercio de ellos ha usado nootrópicos para mejorar su rendimiento académico. Pero, ¿qué son los nootrópicos? Y, sobre todo, ¿qué beneficios psicológicos pueden aportarnos?
Comprendiendo el origen, de los nootrópicos naturales a los sintéticos
A inicios de la década de 1970, Corneliu E. Giurgea, psicólogo y químico, sintetizó el piracetam, una sustancia que mejoraba el metabolismo de las neuronas optimizando la captación del oxígeno. La catalogó como nootrópico, el cual deriva de las palabras en griego antiguo νόος (nóos), que significa “mente”, “intelecto” o “pensar” y τροπή (tropḗ) que hace referencia a “girar” o “guiar”. Por tanto, un nootrópico es aquello que optimiza la mente.
Giurgea consideraba que los nootrópicos son sustancias que activan nuestras funciones cognitivas, como la memoria, el pensamiento y la atención, sobre todo si se han visto afectadas. Por ende, son una forma de potenciar el funcionamiento del cerebro para mantenernos más atentos y concentrados, pensar con mayor claridad, recordar mejor las cosas o incluso estar más relajados, aunque los neurocientíficos están descubriendo que sus beneficios van mucho más allá.
Sin embargo, lo cierto es que los nootrópicos son mucho muy antiguos y su uso es universal pues entre ellos se encuentran sustancias naturales tan comunes como el café y el té, la raíz de ginseng o las hojas del árbol Ginkgo biloba, que se utiliza en Asia desde hace más de 2.000 años para tratar fundamentalmente problemas relacionados con el cerebro y el flujo sanguíneo.
La principal diferencia entre los nootrópicos naturales y los sintéticos radica en que estos últimos son formulados en un laboratorio. No se hallan en la naturaleza, aunque algunos imitan la estructura química de los componentes que se encuentran de manera natural en nuestro cuerpo o las plantas.
Otro detalle diferenciador es que, al haber sido específicamente creados para mejorar el funcionamiento cognitivo, su “principio activo” es más concentrado, por lo que pueden ser más eficaces que los nootrópicos naturales. Los potenciadores cognitivos, como también se les conoce, se diseñan pensando en una biodisponibilidad óptima, por lo que pueden traspasar la barrera hematoencefálica de manera más eficiente y lograr mejor su cometido que muchos nootrópicos naturales.
Los beneficios de los nootrópicos para el cerebro
Los nootrópicos no liberan directamente neurotransmisores, las sustancias químicas que transmiten las señales entre las neuronas, sino que modulan su función o estimulan su producción. También influyen de manera positiva en la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos neuronales, los cuales son esenciales para el adecuado funcionamiento de las células nerviosas, y estimulan el metabolismo de los fosfolípidos en las membranas neurohormonales.
No obstante, una de las funciones más importantes de los nootrópicos consiste en mejorar el suministro de glucosa y oxígeno al cerebro, por lo que tienen efectos antihipóxicos y protegen el tejido cerebral de la neurotoxicidad. Algunas de estas sustancias intervienen en la eliminación de los radicales libres de oxígeno, por lo que pueden contribuir a reducir la inflamación que se encuentra en la base de muchas enfermedades neurodegenerativas.
También tienen un efecto antiagregante y mejoran la plasticidad de los eritrocitos, lo cual significa que mejoran las propiedades de la sangre y el flujo de la misma al cerebro. Debido a esos cambios, el metabolismo cerebral se optimiza, por lo que experimentamos un estado de alerta, nos resulta más fácil concentrarnos y podemos pensar con mayor claridad.
Particularmente prometedora es la acción de los nootrópicos sobre el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro, el cual está relacionado con la neurogénesis, el proceso de generación de nuevas neuronas en regiones cerebrales clave, como el hipocampo. Algunos nootrópicos pueden estimular la liberación de BDNF y aumentar su expresión en el cerebro, por lo que su uso se está explorando en pacientes con pérdida de memoria. Sin embargo, los beneficios de los nootrópicos no terminan ahí.
Mente clara, emociones equilibradas
- Mejora la memoria a corto y largo plazo
Muchos nootrópicos se usan para mejorar la memoria, tanto aquella a corto plazo como a largo plazo. Algunos actúan sobre la acetilcolina, conocida como la “molécula de la memoria” ya que es uno de los neurotransmisores más importante para la retención de información y el aprendizaje. Por ejemplo, los racetam, una familia de nootrópicos en la que se incluye el piracetam y el aniracetam, son reconocidos por su capacidad para mejorar la plasticidad cerebral.
Al estimular los receptores de glutamato y acetilcolina en el cerebro, los racetam mejoran la comunicación entre las neuronas y fortalecen las conexiones de aquellas involucradas en el almacenamiento de información a largo plazo, por lo que facilitan facilita la creación y consolidación de los recuerdos.
Por otro lado, el modafinilo, inicialmente desarrollado para tratar trastornos del sueño como la narcolepsia, tiene un impacto significativo en la memoria a corto plazo. Actúa sobre neurotransmisores como la dopamina, norepinefrina e histamina para estimular la actividad cerebral y la vigilia. Esto se traduce en un estado de alerta que mejora la concentración y la capacidad para recordar los detalles conduciendo a una mayor retención de información a corto plazo.
- Enfocar la atención y ganar concentración
La atención es un recurso mental esencial para el buen funcionamiento cognitivo, aunque concentrarse puede ser un desafío en un mundo repleto de distracciones constantes. Los nootrópicos pueden ayudarnos a mantenernos concentrados en una tarea, en particular el Adderall y el noopept.
El Adderall es un estimulante que se receta para mejorar la atención y la concentración en personas que sufren de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Actúa sobre el sistema nervioso central estimulando la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, los cuales desempeñan un papel crucial en la regulación de la atención y la concentración. Así genera un efecto de “hiperfoco” que nos permite mantenernos enfocados en una actividad durante largos periodos de tiempo.
En cambio, el noopept potencia la cognición y la claridad mental. No tiene el mismo impacto estimulante que el Adderall, pero interactúa con los receptores glutamatérgicos en el cerebro para mejorar la eficiencia del procesamiento cognitivo. Esto se traduce en una mayor capacidad para concentrarse y procesar información de manera efectiva, por lo que el aprendizaje se vuelve más fluido y gana estabilidad.
- Regulación del estado de ánimo y la ansiedad
La influencia de los nootrópicos en el estado de ánimo y la ansiedad ha abierto un nuevo camino hacia el bienestar emocional. Estas sustancias no solo pueden mejorar la estabilidad emocional, sino que también se pueden utilizar para aliviar los síntomas de la ansiedad.
La Rhodiola Rosea, por ejemplo, se usa desde hace siglos en la medicina tradicional para ayudar al cuerpo a adaptarse al estrés. Equilibra los niveles de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores clave en la regulación del estado de ánimo. También reduce los niveles de cortisol, que suelen dispararse durante los períodos de ansiedad y tensión, de manera que nos ayuda a responder mejor a las situaciones adversas.
La Ashwagandha es otro nootrópico con propiedades ansiolíticas y estabilizadoras del estado de ánimo. Modula los niveles de cortisol y promueve un estado de relajación. De hecho, tiene propiedades gabaérgicas. El GABA es un neurotransmisor inhibidor que tiene un efecto calmante en el sistema nervioso. La Ashwagandha aumenta la actividad de los receptores GABA causando un efecto relajante a nivel cerebral que reduce la ansiedad. También aumenta la disponibilidad de serotonina en el cerebro para promover una sensación de felicidad y tranquilidad.
- Potenciar la creatividad y la inteligencia fluida
La búsqueda de la mejora cognitiva no se limita a la memoria y la atención, también se extiende hacia la creatividad. Los nootrópicos tienen un gran potencial para estimular el pensamiento creativo y la resolución de problemas de manera innovadora. En este campo, uno de los nootrópicos más conocidos es el Aniracetam.
El Aniracetam actúa sobre los receptores de glutamato en el cerebro, un neurotransmisor crucial para la transmisión de señales entre las neuronas que está estrechamente vinculado a la función cognitiva y la plasticidad sináptica. Como resultado, aumenta la sensibilidad de las neuronas a las señales y facilita la comunicación entre estas. Ese aumento de la eficiencia en la transmisión de información proporciona el sustrato necesario para un pensamiento más creativo y flexible.
Este nootrópico también despliega otro mecanismo de acción al influir en los receptores colinérgicos. El Aniracetam aumenta la disponibilidad de acetilcolina, un neurotransmisor que mejora la capacidad de procesar información y facilita las conexiones entre conceptos aparentemente dispares, algo fundamental en el proceso creativo para generar ideas originales y resolver problemas desde perspectivas novedosas.
¿Tienen contraindicaciones o efectos secundarios?
Debido a su potencial para mejorar la memoria y el pensamiento, así como sus efectos positivos sobre el estado de ánimo, sumado a su fácil disponibilidad, los nootrópicos están despertando cada vez más interés. Sin embargo, es importante tener claro que, aunque se trata de sustancias metabólicamente activas, la mayoría no muestran efectos inmediatos después de una sola dosis. Deben penetrar la barrera hematoencefálica para mejorar el metabolismo cerebral, por lo que si se desean ver cambios estables hay que usarlos durante cierto tiempo y en las dosis adecuadas.
Generalmente son muy bien tolerados y las contraindicaciones son mínimas, aunque por precaución se recomienda evitarlos durante el embarazo y la lactancia. No obstante, algunos pueden causar efectos secundarios, sobre todo cuando se toman en dosis altas o durante demasiado tiempo. Los efectos secundarios de los nootrópicos suelen ser: dolor de cabeza, náuseas e insomnio.
En cualquier caso, no se debe olvidar que se trata de sustancias que todavía se están investigando, de manera que existe una “evidencia clínica incompleta sobre su eficacia, seguridad y consecuencias sociales en caso de uso a largo plazo”, como indicaron investigadores de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida Praga. Por tanto, su uso debe estar guiado por el sentido común y siempre es conveniente contar con el consejo médico.
Referencias Bibliográficas:
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