Cuando se hace referencia a los estados confusionales, se entiende la incapacidad para distinguir lo real de lo imaginario o la pérdida del control voluntario sobre las facultades intelectuales.
A menudo la confusión se identifica con el onirismo (una actividad mental delirante parecida al sueño pero que se produce en estado consciente), porque las personas habla sobre determinados contenidos imaginarios que son muy parecidos a los que se vivencian durante el sueño e intercala momentos de aparente lucidez.
Como podrás suponer, los estados confusionales generan mucha angustia. Su inicio suele ser brusco pero en ocasiones presenta síntomas prodrómicos. De hecho, este problema es más común en personas mayores de 60 años que padecen de alguna patología cerebral, aunque también se puede apreciar en los casos de adicción o consumo crónico de fármacos, en pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos y después de un trauma severo.
Además de la angustia, los estados confusionales se identifican porque la persona presenta fatiga, apatía, irritabilidad, insomnio y alteraciones de la memoria. Además, es como si la persona estuviese medio dormida.
El síndrome confuso onírico
Se trata de un estado confusional en el que la atención está mucho más centrada en el nivel subjetivo y en los estados anímicos. Podría decirse que es un punto intermedio entre la confusión y la “eclosión de delirio”; o sea, la desintegración de la conciencia (caracterizada por delirios caóticos, alucinaciones y agitación psicomotriz).
La persona que padece un síndrome confuso onírico pierde la coherencia y presenta una apraxia ideacional; es decir, es incapaz de mantener una conversación comprensible a pesar de lo mucho que se esfuerce por hacerse entender. Se aprecia una pérdida de la estructura del lenguaje.
En los cuadros maníacos y esquizofrénicos delirantes, la persona puede ser un poco coherente pero lo cierto es que normalmente no se esfuerza mucho por ser entendido. En los cuadros orgánicos, la persona es incapaz de encontrar las palabras y los conceptos adecuados.
En sentido general, los síntomas más comunes son las paramnesias (más que la pérdida de la memoria, se produce una distorsión de la misma), también suelen mostrar una conducta más desinhibida, disgrafía y cuando se les pregunta por su profesión, por ejemplo, suelen usar una jerga incomprensible. Obviamente, el síntoma principal es la inatención a los estímulos ambientales ya que su conciencia está focalizada en otros estímulos.
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