En el mundo actual, el trabajo social es más importante que nunca. No obstante, existe un área donde esta profesión ha ganado un protagonismo especial: la salud mental. Y no es para menos puesto que en la actualidad casi mil millones de personas sufren algún trastorno psicológico, según la Organización Mundial de la Salud, de manera que se ha convertido en la principal causa de discapacidad.
Muchos de esos pacientes necesitan un acompañamiento cercano y metódico que complemente la labor del psicólogo o el psiquiatra en la consulta. En esos casos entra en acción el trabajador social, un profesional que escucha, entiende y orienta a las personas y sus familias para ayudarlas a encontrar la mejor solución y mejorar su calidad de vida.
De la pobreza al sufrimiento emocional, nada es ajeno al trabajo social
A finales del siglo XIX, las economías de Europa y América del Norte eran cada vez más productivas y prósperas, pero al mismo tiempo aumentaba la pobreza en varios estratos de la sociedad. Esa paradoja fue el caldo de cultivo en el que se gestó la profesión del trabajo social.
Como resultado, en 1900 las actividades enfocadas en mejorar las condiciones sociales de las personas y los grupos más desfavorecidos se habían convertido en una ocupación en toda regla, de manera que el trabajo social alcanzó su estatus profesional en 1930.
En la década de 1920, los trabajadores sociales ya se encontraban en los hospitales y las escuelas públicas, así como en organizaciones de bienestar infantil y familiar, donde intentaban mitigar los efectos de la negligencia y el abandono infantil, así como de la discapacidad crónica.
Sin embargo, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial marcaron un hito en esta profesión, obligándola a ampliar sus esfuerzos para atender además a los adultos en situación de desempleo y pobreza extrema, así como a aquellos que regresaban de la guerra con problemas emocionales como el estrés postraumático. Así comenzó una nueva era del trabajo social en salud mental.
Desde entonces, el número de trabajadores sociales no ha parado de crecer, convirtiéndose en un ejército en la sombra cuya ayuda es inestimable para que muchísimas personas con trastornos mentales puedan salir adelante. De hecho, más de un tercio de los trabajadores sociales se especializa en salud mental, según una encuesta de The Council on Social Work Education. Y no es casual puesto que se trata del segundo “problema” más común con el que tienen que lidiar en su práctica.
La importancia de una formación especializada en Salud Mental
Los trabajadores sociales tienen que lidiar con diferentes tipos de trastornos psiquiátricos: por un lado deben atender a los pacientes con un problema crónico, y, por otro lado, a los pacientes psiquiátricos en crisis. Esas personas no solo tienen características y necesidades especiales, sino que también existen protocolos de actuación, por lo que para brindar la asistencia y el apoyo adecuado, es necesario especializarse en Salud Mental.
La licenciatura en trabajo social brinda una formación generalista, muchas veces dirigida más al ámbito de los servicios sociales o al sector terciario. Para poder trabajar en el área de la salud mental es necesario conocer las características de los diferentes trastornos psicológicos y comprender cómo afectan la esfera social de la persona y viceversa, además de estar al tanto de los tratamientos disponibles.
Para intervenir de manera más profesional y eficaz, tanto en la atención primaria como en la especializada, hay que seguir un extenso trayecto formativo. Hay programas de maestría que se enfocan en el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de las enfermedades mentales y otros problemas de conducta que son ideales para que los trabajadores sociales desarrollen las habilidades que necesitan para abordar estas problemáticas.
¿Qué hace el trabajador social en salud mental?
El cuidado de la salud mental requiere una acción multidisciplinaria que incorpore la dimensión social. Ignorar las necesidades sociales en un tratamiento psicológico o psiquiátrico, por ejemplo, generaría una imagen parcializada en la que se deja de lado una de las dimensiones vitales del paciente, de manera que sería imposible comprenderlo en su totalidad y fomentar una respuesta más funcional y adaptativa.
El trabajo social en salud mental aborda todo lo relacionado con la intervención externa al propio servicio de salud en el ámbito social, familiar y comunitario. Integra las esferas de la salud física, el bienestar emocional, la convivencia, la situación económico-laboral y la condición social con el objetivo de potenciar las capacidades de los pacientes, fomentar sus redes de apoyo y favorecer la inclusión social y laboral.
De hecho, no podemos olvidar que cuando una persona desarrolla un trastorno mental, sobre todo si es grave, hay que dar seguimiento a las consecuencias sociales que se derivan del mismo. Es posible que muchos de esos pacientes sufran alguna limitación o incapacidad funcional, caigan en una situación de dependencia o se conviertan en una carga añadida para su núcleo familiar.
En otros casos, la ausencia de la familia o de una red de apoyo puede empeorar los síntomas del trastorno y facilitar la aparición de otras patologías. Esas consecuencias se intentan atenuar con la psicoterapia, que se encamina fundamentalmente a la “rehabilitación” psicológica, pero en muchos casos no basta y también es necesario reforzar la integración social, momento en el cual interviene el trabajador social.
En su día a día, el trabajador social en salud mental desarrolla diferentes funciones:
- Atención directa a personas, familias y grupos para ayudarlos a desarrollar sus recursos de afrontamiento. El trabajador social desempeña un papel asistencial ya que identifica situaciones de riesgo y necesidad, realiza un diagnóstico social y planifica la intervención junto al resto del personal sanitario involucrado en el tratamiento. Básicamente, busca alternativas y soluciones a las dificultades y problemas sociales que se derivan de la aparición y el desarrollo de un trastorno mental.
- Prevención, promoción e inserción social para lograr que la persona se adapte con éxito a su entorno familiar y comunitario, alcanzando el mayor nivel de independencia y autonomía posible. En práctica, el trabajador social intenta evitar los desajustes que se suelen producir como resultado de un trastorno mental. Para ello, puede recurrir a los recursos normalizados, grupos de autoayuda y asociaciones.
- Coordinación entre el equipo interdisciplinar, las instituciones médicas y las administraciones con las personas y familias que necesitan ayuda, con el objetivo de facilitar los recursos para la integración y reinserción del paciente. Actúa como nexo y mediador entre el paciente, su familia, el personal de salud y los centros de ayuda siendo portador de los recursos económicos y comunitarios necesarios. También juega un rol esencial en la orientación de las familias, que muchas veces no tienen la formación ni los recursos para lidiar con las consecuencias de la enfermedad mental.
Por tanto, el trabajo social en salud mental es una herramienta facilitadora del cambio personal que promueve la construcción de redes de apoyo para mitigar los efectos de los trastornos psicológicos.
Por suerte, en las últimas décadas el trabajo social y la salud mental han dado un salto cualitativo, tanto en términos de formación de profesionales como en su visibilidad dentro y fuera de las instituciones, pero todavía queda mucho camino por delante y estos “héroes sin capa” se merecen un reconocimiento mayor por toda la labor que desempeñan en nuestra sociedad ayudando a los más desfavorecidos y a veces estigmatizados a mejorar su calidad de vida.
Referencias Bibliográficas:
(2022) WHO highlights urgent need to transform mental health and mental health care. En: OMS.
Guillén, J. C. (2022) El Trabajo Social y la Psicología: un binomio cooperativo en las relaciones humanas. PSIDIAL: Psicología y Diálogo de Saberes; 1(1): 60-81.
Salsberg, E. et. Al. (2020) The social work profession findings from three years of surveys of new social workers. En: The Council on Social Work Education; 1-78.
Stuart, P. H. (2019) Social Work Profession: History. En: Encyclopedia of Social Work.
Saavedra, M. (2016) Trabajo social sanitario: una aproximación al perfil del trabajador social en el ámbito de la salud. Humanismo y trabajo social; 16: 169-185.
Deja una respuesta